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Davis Bertans: la sorpresa de los Wizards en un año de sombras

El ala-pívot aterrizó este verano en Washington procedente de los Spurs. Desde el banquillo está aportando 15,7 puntos. Su mejor marca: los 32 de este miércoles.

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Davis Bertans: la sorpresa de los Wizards en un año de sombras
Patrick Smith AFP

No corren buenos tiempos para los Washington Wizards. La franquicia de la capital carga desde hace poco de un año con castigo demencial. La baja de larga duración de John Wall, que se vistió de corto por última vez el pasado 26 de diciembre, supuso el adiós de la franquicia a sus opciones de playoffs. Llevaban cuatro participaciones en las cinco temporadas previas, llegando en tres ocasiones a las semifinales de Conferencia.

La única gran noticia del curso pasado en D.C. fue el paso adelante que dio Bradley Beal. Una segunda espada que se convirtió por obligación en un líder más que notable de una franquicia que ahora se encuentra en tierra de nadie. Su gran nivel le llevó al All-Star, pero no pudo evitar que el equipo acabara el año undécimo del Este con un balance de 32-50.

Wall, que no está ni se le espera este año, era un hándicap (también en lo económico) con el que contaba el equipo. No obstante en verano consiguieron retener a su actual estrella y tapar los agujeros, destacando el de la posición de base, con retales como Isaiah Thomas, quien buscaba una oportunidad para volver a mostrar lo que en su día fue en los Celtics. El otro atisbo de esperanza en los Wizards era la proyección de jugadores como el pívot Thomas Bryant o la llegada del exótico Rui Hachimira, elegido en novena posición del último draft.

Pero a primeros de este mes volvieron a asomar los nubarrones por Washington: Isaiah, con molestias en la pantorrilla; y Bryant, que en su mejor momento sufrió una lesión por estrés en el pie derecho, siguen sin estar disponibles para Scott Brooks. Ambos tenían la titularidad en el bolsillo y una oportunidad de oro para reivindicarse y, si todo va según lo esperado, seguramente estén de vuelta antes de que acabe el año.

Cierto es que la dinámica irregular y el balance que está firmando el equipo sin ellos es similar: 7-16 en el global y 1-4 desde la baja del pívot (1-3 sin Isaiah). Pero a pesar de los resultados, en ausencia de estos está destacando un jugador al que nadie esperaba.

La irrupción de Bertans en el peor momento de los Wizards

Desde el fondo del banquillo, sin hacer mucho ruido dado el bagaje del equipo, está brillando con luz propia Davis Bertans. El letón, que llegó este verano a la capital procedente de los Spurs, está rindiendo a las mil maravillas en la segunda unidad. Un ala-pívot con una gran facilidad para los triples: 92 anotados en los 23 partidos jugados (una media de cuatro por velada).

De seguir manteniendo esa proyección y jugar todos los encuentros que quedan de la temporada se acercaría a unas cifras superiores a los 300 triples. 328 para ser exactos. Algo que solo han alcanzado y superado Curry (402 anotados en la 2015-16) y Harden (378 en la 2018-19). Y todo ello entrando desde el banquillo en 22 de los 23 encuentros que lleva disputados con la camiseta de los Wizards.

Su promedio actual es de 15,7 puntos y 4,7 rebotes en casi 29 minutos en pista, mejorando más del doble los guarismos que ha firmado en sus tres primeros años en la élite (6,2 y 2,3). Pero los últimos cinco partidos, en ausencia de Bryant y posteriormente Thomas, ha alcanzado de media los 24,4 tantos, 5,6 rebotes, 1 tapón y… ¡6 triples! Unas cifras tremendas que engordaron en el choque del pasado miércoles ante los Hornets, donde a pesar de la derrota alcanzó su récord de anotación y canastas de tres: 32 puntos y 8/12 desde el perímetro (+ 9 rebotes).

Poco le falta, si todo sigue así, para que eche abajo la puerta de la titularidad. Más aún en una franquicia que se mantiene en la deriva y que necesita como el aire un nuevo referente sobre el que los aficionados de los Wizards depositen alguna ilusiónTeniendo en cuenta que el próximo verano acaba contrato (cobra 7 millones de dólares), luchará por mantener ese rendimiento para ganarse una suculenta mejora. Por ahora, sin duda, se la está ganando.