Los Nets ganaron en Brooklyn a los Nuggets en un partido milimétrico (105-102) pero cuyo desenlace no es una sopresa vista la inercia de ambos equipos. Los Nuggets (14-7) están en el lote de segundos del Oeste (con Clippers, Rockets y Mavericks), pero son todavía un sí pero no, mejor en defensa que en ataque y con un juego mucho más atrancado de lo que cabía esperar de uno de los, en teoría, aspirantes a ganar el Oeste. Los Nets, en cambio, van a más, 13-10 con nueve triunfos en doce partidos... los doce que se ha perdido por ahora Kyrie Irving por una lesión en el hombro que ha resultado ser más complicada de lo inicialmente previsto.

Los Nuggets bombardearon desde la línea de tres (11 más: 33 puntos) a un rival que sin embargo se cebó en la zona, 66-22 para un equipo en el que Jarrett Allen dio muchos problemas a base de elasticidad a Jokic y que así, aprovechando agujeros en la pintura, selló el triunfo con dos canastas en el último minuto de Spencer Dinwiddie. Después falló Will Barton, Taurean Prince anotó dos tiros libres y Jamal Murray envió al limbo el último triple.

Y los Nets ganaron. Otra vez con Dinwiddie (24 puntos, 8 asistencias) como referente. Kenny Atkinson ha hecho de la necesidad virtud y se ha puesto en manos de su mejor jugador cuando su equipo se vio 4-7 y sin (al margen de Kevin Durant, claro), Caris LeVert, que pasó por el quirófano, ni Kyrie. Dinwiddie ha promediado, en los citados doce partidos sin el base titular y súper estrella en pista, 23,8 puntos y 7,5 asistenicas. en Diez de los doce ha anotado más de 20 puntos y los Nets han atacado con más sentido y mejor estilo en las jugadas determinantes. ¿Es Dinwiddie mejor que Kyrie? Desde luego, no. Pero ahora mismo los Nets están jugando mucho mejor que en los primeros partidos de la temporada, cuando el ex de Cavaliers y Celtics acaparaba balón y tiros. Algo interesante que ya sucedió, a su manera, en Boston con el que por otro lado es, sin duda, uno de los grandes talentos ofensivos de la historia de la NBA.

Dinwiddie se ha convertido en una de las más claras expresiones de lo que son estos Nets levantados de la nada por Sean Marks en los despachos y Atkinson en pista. Número 38 del draft de 2014, fue seleccionado por unos Pistons que lo traspasaron, en una operación menor, a los Bulls en el verano de 2016. En Chicago fue cortado dos veces en cuatro meses y pasó al afiliado de la G League hasta que recibió en diciembre la llamada de los Nets, un equipo a la caza de talento extraviado con el que ir encontrando los recursos que había hipotecado cuando hizo con los Celtics el cacareado traspaso por Kevin Garnett y Paul Pierce. Dinwiddie promedió la temporada pasada casi 17 puntos y más de 4 asistencias y en esta, con 26 años, está en más de 20 y 6. Básicamente, ha pasado de aspirante a Jugador Más Mejorado a candidato a Mejor Sexto Hombre (en los Nets de D'Angelo Russell) y de ahí a, ahora mismo, ver no demasiado lejos el nivel all star.

Los Nets, cuando peor se habían puesto las cosas con las lesiones, han encontrado una rotación con un quinteto formado por Dinwiddie, Joe Harris, Garrett Temple, Taurean Prince y Jarrett Allen. Esta unidad tiene un net rating de +8,5. Con un banquillo en el que aportan DeAndre Jordan, Iman Shumpert, David Nwaba y Theo Pinson, el asunto en manos de Atkinson se centrará en los equilibrios cuando regresen dos titulares como Kyrie Irving y LeVert y se una al grupo un Wilson Chandler que cumple sanción de 25 partidos por dopaje (el alero podrá jugar el día 15). En principio un bendito problema, con la recuperación de Kevin Durant en un futuro por desgracia no cercano. Pero veremos cómo van entonces los asuntos de química en un grupo (muy nuevo, eso sí), que no rindió bien con Kyrie como comandante en los primeros partidos de la temporada. Con mucho fijo en la rotación, además, el futuro puede ser complicado para dos valores europeos, Dzanan Musa (20 años, número 29 en 2018) y Rodions Kurucs (21, número 40 en 2018), el letón que saltó del Barcelona a la NBA y está decepcionando en esta segunda temporada tanto como gustó en la primera. A la espera de resolución, además, de un caso de violencia doméstica, su futuro está para algunos analistas de Brooklyn ya más fuera que dentro de unos Nets que siguen tratando de construir un bloque que se convierta en aspirante con galones cuando se le añada la gran bomba de neutrones que está en la enfermería: Kevin Durant.