Los Kings llegaron a Sacramento, la capital de California situada 140 kilómetros al noreste de San Francisco, en 1985 y tras pasar por Rochester, Cincinnati, Kansas City y Omaha. Casi siempre han sido uno de los peores equipos de la NBA y los que más tiempo llevan sin jugar los playoffs (ahora 13 años), pero en 2016 estrenaron logo, imagen corporativa... y casa. Su nuevo pabellón se levantó en el downtown, entre la Quinta y la célebre calle K, donde un viejo centro comercial fue demolido para liberar más de 65.000 metros2 en los que se levantó todo un centro de ocio rematado por el Golden 1 Center, un lujoso pabellón con capacidad para casi 18.000 aficionados y que costó más de 550 millones de dólares, financiados en gran parte por una ciudad que no solo se aseguró que los Kings no se movieran de allí, sino que puso a la franquicia en la vanguardia de la sostenibilidad ambiental y de una filosofía de acción ecológica que hace tiempo que impregnó a buena parte de la sociedad. Y también, claro, a la NBA.
El Golden 1 Center tiene el título oficioso de “pabellón más verde del mundo”. El recinto aprovecha un sol que luce durante 300 días al año en la capital californiana con una instalación de paneles solares de 700 kilovatios en el techo, un sistema que se complementa con una granja solar situada a 64 kilómetros. Este engranaje da una autonomía energética casi total a unas instalaciones que se abastecen así durante los llamados Solar Days (días solares), en los que Sacramento Kings dejan de utilizar energía suficiente para 600 viviendas familiares y, al hacerlo, se ahorran también la emisión de unos 400 kilos de dióxido de carbono.
Todo, al ser un pabellón de nueva construcción, está pensado para aprovechar los recursos naturales, también en cuanto a ventilación, menos dependiente del aire acondicionado tradicional, y desde una construcción que aprovechó más de un tercio de los materiales del centro comercial sobre el que se levantó: el 90% de los stands de comida y bebida se nutre de materia prima obtenida en un radio de menos de 240 kilómetros a la redonda, agricultura y ganadería de proximidad que cierra su ciclo con acuerdos con bancos de alimentos que utilizan todo lo que no se consume y vende. Una ayuda a los más necesitados de su comunidad... y otro cable para el medio ambiente: menos residuos y menos emisiones.
El Golden 1, “el pabellón más verde del mundo” El Golden 1 Center, de los King, es considerado “el pabellón más verde del mundo”. Es el primero con categoría platino en su certificación LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Medioambiental). El nuevo Chase Center de los Warriors tiene categoría oro y el Barclays Center, la casa de los Nets, plata.
El Golden 1 Center aprovecha el sol que luce 300 días al año en Sacramento y ahorra la emisión de 400 kilos de dióxido de carbono. El Barclays Center tiene un gran panel recubierto de musgo que ayuda a limpiar el aire del recinto y reducir las emisiones.
Si se recorren esos 140 kilómetros hacia el Pacífico que llevan al corazón de la Bahía de San Francisco, se llega al Chase Center , levantado con más de 1.000 millones de financiación totalmente privada y que es otra joya de la corona con clara conciencia medioambiental y, en su caso, certificado LEED oro. Sus 18.000 asientos están hechos con material reciclado y todos los acabados (revestimientos, sellados, pinturas adhesivas...) están pensados para ayudar a mejorar la calidad del aire y evitar el efecto isla de calor y necesitar así menos ventilación no natural. Los puntos de reciclaje son constantes y muy accesibles (se pretenden gestionar unos 67.000 plásticos al año) y el sistema de reaprovechamiento del agua es pionero, de las fuentes de la plaza en el exterior a las lavadoras y duchas que usan los jugadores y trabajadores de la franquicia, que espera que la energía eólica acabe cubriendo el 70% de las necesidades energéticas de sus instalaciones. Un cuidado plan de transporte público y alternativo, con párking cubierto para más de 300 bicicletas, culmina los esfuerzos medioambientales de una franquicia que también quiere estar a la cabeza en ese trascendental apartado.
El pabellón de Miami Heat, American Airlies Arena , se convirtió en 2015 en el primer recinto deportivo del mundo con certificado LEED oro, por la aplicación de técnicas pioneras en la gestión de residuos y el programa Re-Heat, con capacidad para gestionar más de dos toneladas de comida no aprovechada para redistribuirla entre los sin hogar. Los pabellones son el centro neurálgico de la vida de las franquicias y, por lo tanto, un lugar básico en sus estrategias verdes. De las campañas de reciclaje de dispositivos electrónicos que organizan los Rockets a los 966 paneles solares que instalaron los Suns y que dan energía (37.800 kilovatios) para cubrir 20 partidos. O, claro, al techo del lujoso Barclays Center de Brooklyn, el hogar de los Nets (con certificado LEED plata), con sus más de 12.000 metros cuadrados de sedum, un vegetal cuyas semillas fueron trasladadas desde Connecticut en tren. Un recinto que tiene en su planta principal, entre los vomitorios 19 y 20, un green wall, un gran panel de musgo que ayuda a limpiar el aire del recinto y reducir el volumen de dióxido de carbono.