La autoestima vuelve a Vitoria

Velimir Perasovic era el demonio y el causante de todos los males el miércoles por la tarde y luego, por la noche, el apóstol de la victoria y de la gesta ante el CSKA. Pasó de los silbidos e incomprensión a que la gente coreara su nombre. Ni tanto ni tan calvo. El equipo no era tan malo el lunes ni ahora es de lo mejorcito de Europa. Está claro que ganar con solvencia al campeón de la Euroliga te deja con un aire de autoestima que se agradece entre tanta tensión.

Con este telón de fondo llega el colista de la competición, el Zenit de San Petersburgo de Joan Plaza, una escuadra con wild card que está sufriendo con el desembarco en la máxima competición continental. Ponitka es baja y ni siquiera pudo jugar el martes en Valencia. Una vez terminado el compromiso en la capital del Turia, los rusos viajaron a Bilbao y llevan allí desde el miércoles por la mañana entrenando porque no tenía sentido regresar a Moscú. Retabet le ha dado cobijo. Jayson Granger sigue siendo baja por su fractura en el tendón de Aquiles, lo normal es que Shields tampoco llegue por su golpe en el hombro (le duele incluso empujar una puerta), Eric está bajo de defensas tras una gastroenteritis y Garino parece haber superado su golpe en la espalda del día del Fuenlabrada. Incluso Shengelia se ha perdido alguna sesión de trabajo en esta semana. Pero la moral está alta y hay que aprovecharlo.

Perasovic reconoció que se sentía responsable por no rotar demasiado y agotar a determinados jugadores de la plantilla. El miércoles, algunos como Diop le respondieron de sobra y es posible que su dinámica de funcionamiento empiece a cambiar y ahora confíe en más efectivos de su roster. "No hay que confiarse. Zenit casi nos dobla en el presupuesto y tiene muy buenos jugadores", advirtió un Perasovic que puede reforzarse en su puesto y en la confianza de todos con una victoria tras caer con Maccabi (de 30 en casa), contra Montakit (80-92 también en el Buesa) y ganar al campeón de Europa por 10 puntos (80-70).