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NBA en Nueva York: una noche en el Madison Square Garden

Hellotickets permitió a As la experiencia de vivir entre el público una noche de NBA. El Madison, en el centro del mundo, rezuma historia.

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NBA en Nueva York: una noche en el Madison Square Garden

Son las 18:00 horas y una riada espectacular de gente baja por la Séptima Avenida desde Times Square, en la 42th, hasta el Madison Square Garden, que nos sorprende entre la 33th y la 31th, justo encima de la Pennsylvania Station. Los Knicks, los viejos Knickerbockers (el apodo llega de los primeros pobladores holandeses que se asentaron en Manhattan) juegan a las 20:00, pero esta experiencia integral empieza antes. No se puede viajar a la Gran Manzana y no vivir la liturgia y el espectáculo del Garden. Eso lo facilita, y para eso nació hace tres años, Hellotickets, que resuelve con eficiencia el trámite de conseguir las entradas con un pago seguro de la tarjeta y, mejor aún, enviándotelas a tu teléfono móvil, que acaba por convertirse en tu ticket para el partido evitando el viejo juego de la reventa en los alrededores del pabellón que conllevaba pocas garantías y desagradables sorpresas en el pago y la veracidad de la entrada.

Merece la pena curarse en salud y comprar las entradas con antelación. Hellotickets las envía cada temporada a miles de españoles que viajan hasta Nueva York. Conseguir las entradas online es fácil y la mejor forma de asegurarte que podrás ir. Es posible que no haya más de un partido en el Madison durante los días que estás en la ciuda. Ver el calendario de los Knicks con tiempo te ayudará a organizarte. Los precios de los partidos de la NBA suelen subir y los sectores de mejor relación calidad-precio se agotan enseguida (siempre las mejores opciones son los laterales).

Como periodista, embutirse durante unas horas en la piel de un aficionado en el Madison es sencillo porque siempre pasan cosas durante las casi tres horas en la que se extiende el espectáculo de cualquier partido de los Knicks. Desde el asiento tres de la fila seis de la sección 117 del Garden es fácil divisar esa chaqueta naranja de Spike Lee, el director de cine nacid en Atlanta pero loco por los Knicks que ve hace décadas los partidos  a pie de pista y se pone en pie y rinde reverencia cuando la grada homenajea a John Starks, ídolo local de los 90 que participa en el Meet and Greet, una de las múltiples actividades que rodean el partido del Madison.

Imagen del Madison.

Si es tu primera vez en el MSG (los estadounidenses convierten todo en siglas), acomódate en tu asiento y deja tus cosas pero recuerda que lo primero que estás obligado a hacer es recorrer las entrañas de ese viejo pabellón por dentro. En el Madison, sabes que estás pisando la historia. Del deporte y del espectáculo. Un friso de textos y fotos da la vuelta al recinto con efemérides. Podríamos decir que todo ha pasado en el Madison. El 19 de mayo de 1962, Marylin Monroe la cantó el "Happy Birthday" a John Fitzgerald Kennedy. Aquel día, JFK dijo que ya podía retirarse de la política... El 8 de marzo de 1971, el Madison albergó el que fue conocido como "Combate del Siglo". 'Smokin' Joe Frazier tumbó a Muhammad Ali en una velada a la que acudieron Frank Sinatra, Sammy Davis Jr, Burt Lancaster... Ali se tomaría la revancha tres años después también en el Garden...Pero si has venido a ver baloncesto, tendrás que detenerte en el 8 de mayo de 1970, el día que los Knicks ganaron su primer anillo de la NBA en la final ante los Lakers. Su capitán, Willis Reed, estaba anunciado como baja para el partido por una lesión en el muslo..., pero de pronto apareció sobre la cancha. El Garden, una cancha caliente cuyo sonido es difícil de olvidar, enloqueció. Los Knicks ganaron..., una rareza en una franquicia que lleva 46 años sin ser campeón de la NBA y 20 sin ganar un título de conferencia. Ese espíritu maldito y perdedor añade magnetismo a las visitas al Garden. Su público gruñón y su lenguaje particular es uno de los rasgos inherentes que distinguen a un verdadero knickerbocker.

Bien. Ahora que uno ya sabe qué significa el Garden (JFK, Marylin, Sinatra, Ali, ¿alguien da más?), cumple con otra de las tradiciones del deporte-espectáculo estadounidense. Métete unas calorías en el cuerpo. El servicio se ha diversificado, son tiempos de fitness y cuidado en los cánones estéticos. Por supuesto que siguen existiendo las hamburguesesas gigantes y los cartuchos de 'french fries' interminables que se bajan más fácilmente con la Brooklyn Lager, cerveza neoyorquina por excelencia aunque estemos en Manhattan... Pero el Madison ya ofrece de todo. Desde comida japonesa a verdura pasando por pasta y hasta un enternecedor puesto de productos con miel...

Cartel a las puertas del Garden.

Una vez hecho el acopio de provisiones, vuelta a la sección 117 para uno de los momentos más especiales de la noche, la interpretación del Star-Spangled Banner, el himno de Estados Unidos, que mide a músicos y artistas que sueñan con interpretarlo alguna vez como Whitney Houston en la Superbowl del Tampa Stadium de 1991...

Pero vinimos a ver baloncesto. Esta vez a los Knicks contra los Mavericks del chico de moda, Luka Doncic. El Madison consigue que la noche sea mucho más que un partido de baloncesto más. Cada tiempo muerto, cada interrupción, es regada con un show del que el aficionado puede sentirse partícipe. Lanzamiento de camisetas con cañones, sorteos para saltar a la cancha y ganar un KIA si metes una canasta desde el centro del campo, 'dance-cam', 'noise-cam'. Y esa famosa fila, la Celebrity Row, por la que pasan actores, directores, comediantes... Cualquier cosa es aprovechada en el Madison para generar espectáculo. El speaker pide a la gente que grite para ver de qué área viene a ver el partido: Staten Island, Brooklyn, Harlem, Queens..., pero por supuesto gana Manhattan. Ya saben que del Madison se dice que están en "el centro del centro del centro del mundo"... Todo el mundo en el Madison está conectado a través del mega-marcador central que hace de maestro de ceremonias y genera una interacción difícil de explicar si no se vive desde dentro...

La noche acaba con victoria de los Knicks, un acontecimiento en estos días duros para una franquicia a la que acompaña un halo perdedor en las últimas décadas que no dejan de darle un toque más canalla y atractivo ahora que sus vecinos, los Brooklyn Nets, pretenden robarle el corazón (y el dinero) de los neoyorquinos. Aunque eso es verdaderamente difícil cuando tienes un hogar como el Madison con el que no se puede competir... No te lo debes perder.