Después de ganar a los Cavaliers en casa y por los pelos (98-97), los Sixers enlazaron dos derrotas para totalizar cinco en siete partidos y ver cómo su 5-0 inicial se convertía en un 7-5. Al menos, en la última derrota ante los Thunder subieron su rendimiento ofensivo después de unos partidos horribles incluso asumiendo que estamos en el inicio de la temporada y que los Sixers, por pura composición, son un equipo llamado a defender muy bien y atacar peor. Ante ese panorama, resultó balsámico el paso por Cleveland, donde los Cavs no fueron el equipo competitivo de días atrás, en Philadelphia. Y en un buen número de partidos de este buen inicio de temporada, dadas las expectativas y objetivos de la franquicia de Ohio.

Los Sixers ganaron (95-114) en un partido reventado al descanso (44-68) después de, noticia, una excelente primera parte en ataque de los Sixers. La mejor de la temporada por puntos pero también por número de canastas (28) y un porcentaje de tiro que fue de casi el 68% pero que superaba el 70% poco antes del paso por vestuarios, cuando el marcador ya estaba 33.62. Los Sixers quedan 8-5, peor de lo esperado y más tras ese 5-0 inicial, y los Cavs, 4-8.

Joel Embiid anotó 8 puntos en un primer cuarto que marcó (22-33) el tono del partido. Después se lo tomó con calma, solo sumó 23 minutos y acabó con 14 puntos y 4 rebotes. Tobias Harris se fue a 27 puntos, 5 rebotes y 4 asistencias y Ben Simmons acabó con 10 puntos y 11 asistencias después de, también en su caso, jugar muy poco en el segundo tiempo.

En los Cavaliers, nadie llegó a 20 puntos. Kevin Love se quedó en 12 con 6 rebotes, Darius Garlan en 11 con un 4/13 en tiros y Sexton acabó con 17 y 4 rebotes. Jordan Clarkson sumó 15 desde el banquillo para unos Cavs que han hecho partidos muchísimo mejores en este inicio de curso.