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Los Nets de Kyrie no dan con la tecla: derrota ante los Jazz y 4-6

Los Jazz dejaron en 24 y 22 puntos a los Nets en los dos últimos cuartos, remontaron y se hicieron con la victoria en Salt Lake City; Kyrie, 27 puntos pero malos porcentajes.

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Donovan Mitchell y Kyrie Irving se saludan al final del partido entre los Utah Jazz y los Brooklyn Nets
Russell Isabella USA TODAY Sports

El fichaje de Kyrie Irving por los Brooklyn Nets no está saliendo como se esperaba. Al menos de momento. El base no se consigue adaptar al resto del roster (y viceversa) y el juego del equipo está encallado sin que las victorias lleguen. Pocos consistentes, a tirones y con buenos números de la estrella que no consiguen ser útiles al esquema de juego de Kenny Atkinson, los neoyorquinos están con un récord de 4-6 y empatados en la séptima posición del Este con Hornets, Cavs y Hawks. Y tienen muy cerca a los Bulls. Plantillas con menos talento y a los que deberían sacar mucha más ventaja en una clasificación en la que están de playoffs de milagro.

El récord del equipo y la posición que ocupan en la Conferencia Este no debería ser preocupante a estas alturas de la temporada, pero si tenemos en cuenta el juego que los Nets están practicando no sería tan raro decir que el equipo no carbura. Hay mucho margen de mejora y Atkinson no es para nada un mal entrenador, pero los resultados con un hombre del talento de Irving tienen que ser inmediatos y aunque la franquicia todavía no puede contar con Durant (¿en toda la temporada?) la mala cabeza del base y sus problemas en el vestuario también pueden hacernos dudar de este equipo.

Ante los Jazz tuvieron dos caras. Una primera parte en la que manejaron bien el partido, anotaron muchos puntos, consiguieron ventajas cómodas y defendieron correctamente y una segunda en la que se hundieron, empezaron a fallar muchos tiros, fueron maniatados por los sistemas defensivos de Quin Snyder y cedieron en un lugar siempre complicado, Salt Lake City. Los Nets lograron ventajas de hasta 12 (53-41 y 55-43) y 13 puntos (66-53) durante el segundo periodo para irse con la máxima del choque: 68-53, 15 arriba tras 24 minutos excelentes y en los que se había visto otra cara.

El guión se les olvidó en la segunda mitad. Los Jazz reaccionaron de manos de Mitchell (30, con 6 rebotes) y Gobert (18+15 con 8 de 10 en tiros de campo), los dos hombres que tienen que llevar a esta franquicia a lo más alto. Y Conley, que sigue negado desde el triple (0 de 5) pero da síntomas de mejoría (18 puntos). Los dos últimos periodos fueron, por lo tanto, radicalmente opuestos a los primeros: 66-46 de parcial a favor de los locales, que ya se habían acercado al final del tercer periodo, en el que aún así los Nets se fueron con ventaja (92-84).

No supieron gestionarla y desaparecieron casi del mapa en los últimos minutos, mandando incomprensiblemente a Spencer Dinwiddie al banquillo (estaba siendo el mejor del partido con 21 puntos en 23 minutos) cuando quedaban 9:47 para el final y olvidándose del juego que les había dado ventaja en la primera mitad. Lo asumió todo Kyrie, que anotó 27 puntos pero con porcentajes pírricos: 10 de 30 en tiros de campo y 2 de 12 en triples. El base realizó 6 lanzamientos en los últimos 5 minutos... y los falló todos. 

Los Nets no dan con la tecla. Han cambiado su manera de jugar con la llegada de Kyrie y ahora no resuelven los partidos colectivamente (con momento puntuales de D'Angelo Russell), cuando todos podían anotar en el clutch time. Todo ha cambiado. Es Irving el que asume ese papel mostrando el equipo un juego mucho más predecible y sin tener soluciones más allá de un hombre que te puede meter el último tiro de un séptimo partido de las Finales... o entrar en una vorágine de errores que acaba sin suerte y que acaba perjudicando al equipo. 

En Nueva York toca reflexionar. No a los Knicks, que no salen del averno y que no tienen soluciones a corto plazo. Más bien a los Nets, que se han arriesgado mucho en verano firmando a un jugador lesionado y a otro impredecible, cambiando un estilo de juego que por fin iba en consonancia con un proyecto en ascenso y cortando de raíz esa progresión para eliminar etapas y dar un salto que les permita luchar directamente por el anillo. Es un movimiento que no siempre sale bien. Y el problema no es el récord, es el juego del equipo. Parece difícil que con tanto talento se queden fuera de playoffs en el Este, pero conformarse con eso tras una apuesta tras ambiciosa sería un error. Cuando el objetivo final es ganar un anillo, el tiempo que tienes para hacer carburar tus piezas se acaba pronto. Los Nets necesitan ganar. Y lo necesitan lo antes posible.