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SUNS 115-LAKERS 123

Kuzma salva a los Lakers ante los Suns de un gran Ricky (21+10)

23 puntos y dos triples finales de Kuzma aseguran el triunfo de unos Lakers que sumaron un triunfo trabajado y de mérito ante unos Suns otra vez a muy buen nivel.

Christian PetersenAFP

Muchos años después, los Suns-Lakers vuelven a ser divertidos. Esta es, aunque parecía en el olvido, una de las grandes rivalidades del Pacífico, venida absolutamente a menos en los últimos años por las groseras crisis de ambas franquicias, las dos ahora en repunte, por fin. Los Suns otra vez competitivos, organizados y realmente divertidos. Los Lakers intentando pasar de seis años sin playoffs a aspirar al anillo en un solo acelerón. En eso están, y después del tropezón en el Staples ante los Raptors se llevaron de Arizona un triunfo sufrido, sudado y de mucho mérito (115-123), en el que tuvieron que estrujar sus recursos ante un rival que no se rindió nunca y que les deja 8-2, en su mejor inicio desde 2010. Los Suns están ahora 6-4 pero sus derrotas incluyen (si se aparta una clara ante los Heat) dos por un punto ante Nuggets y Jazz y esta ante los Lakers en un partido en el que estaban por delante a tres minutos y medio del final. En total, un -10 en tres noches contra tres de los cinco mejores equipos del Oeste. No es para poner mala cara, desde luego.

Revitalizados y felices, los Suns recibieron a los Lakers con la grada caliente, gritos de "beat L.A." y su estilo intenso y colectivo, el sello de un Monty Williams que ha revitalizado en tiempo récord a una franquicia moribunda. Ya no es una locura pensar en unos Suns en los playoffs. Y eso sería, aunque hay que remar todavía muchísimo, un éxito descomunal. Contra los Lakers perdieron, fueron casi todo el segundo tiempo a remolque y parecieron peores durante muchos minutos... pero pudieron ganar. A base de triples se sujetaron en el partido y estaban 113-111 a falta de 210 segundos cuando les derrotaron... también los triples. Los que fallaron ellos y tres seguidos anotados por LeBron James y Kyle Kuzma, que enlazó dos (113-120) para sentenciar el partido y firmar su primera gran actuación de la temporada: 23 puntos, 4 rebotes, 9/16 en tiros, 13 puntos para evitar el desastre en el primer cuarto (los Suns llegaron a estar 29-20) y esa aparición final, justo a tiempo. Cómodo en su rol, metido en el flujo del juego y sin forzar tiros innecesarios, esta versión de Kuzma haría, si el ala-pívot la sostiene, muy difíciles de parar a unos Lakers que sufrieron porque fallaron muchos tiros libres (11/21, 2/7 de un LeBron con serios problemas en el último cuarto) pero que encontraron el acierto exterior a tiempo. Al final del tercer cuarto, era un 13/26 en triples para los Suns por su 5/13. En el último parcial, 3/12 local y 5/11 visitante.

Así, por fuera, los Lakers cerraron un triunfo que habían amasado, otra vez, por dentro: 70 puntos en la zona (46-70), una buena primera parte de Anthony Davis (al final 24 puntos y 12 rebotes), que no tiene partido sin susto y esta vez recibió un golpe en las costillas que lo mandó al vestuario, y buenos minutos al final de un Dwight Howard que se sobrepuso a tres faltas rápidas y acabó con 12 puntos, 9 rebotes y un gran tramo defensivo en los minutos decisivos. Después de la sangría ante los Raptors, los Lakers solo concedieron 10 puntos en transición (10-12), solo perdieron 10 balones y manejaron el juego (39 asistencias, su tope en una década) con un LeBron que otra vez no estuvo súper (19+7+11, eso sí) aunque fue trascendental y con Rajon Rondo de vuelta. El base jugó buenos minutos (5+6+7) y, si es capaz de hacerlo con regularidad, dará oxígeno en la creación de juego, uno de los lugares en los que más débil es el roster de unos Lakers que marchan a buen ritmo. Todavía no perfecto y demasiado pendientes a diario de la salud de Anthony Davis, pero sí para estar por ahora muy satisfechos.

Los Suns dejaron escapar el partido después de haber hecho lo que parecía más difícil: de 102-109 a 113-111 en el último cuarto. Los triples dejaron de entrar, concedieron un par de rebotes de ataque decisivos y se quedaron finalmente cortos aunque jugaron a buen nivel, lanzaron todas las combinaciones defensivas posibles contra LeBron y estuvieron siempre en el partido contra uno de los cocos de la nueva NBA. El partido no es para disgusto, desde luego, aunque les quede la sensación de que estuvieron al cara o cruz de un tiro o dos (meterlos ellos, fallarlos los Lakers) de sumar el triunfo que habría dado foco definitivamente a su excelente inicio de curso.

Ricky Rubio brilló en la dirección y esta vez también en el tiro (21 puntos, 10 asistencias, 3/6 en triples, solo una pérdida) y Devin Booker también acabó con 21 puntos y añadió 9 asistencias. Con Saric (18 puntos), el reconvertido Aaron Baynes (20 puntos, 4/6 en triples)y el rookie Cam Johnson amenazando por fuera y Kaminsky haciendo trabajo en las zonas (16+9) los Suns mandaron en el primer cuarto y se agarraron al partido después, cuando los Lakers fueron imponiendo, minuto a minuto, su jerarquía y su músculo. Después de años de profunda depresión estos dos equipos, Suns y Lakers, tienen motivos para estar muy satisfechos. Y les quedan otros tres duelos directos (los tres ya en 2020) en una temporada regular en la que unos podrán hablar pronto de playoffs si siguen jugando como hasta ahora y los otros irán mirando cada vez más de frente a las Finales, todavía muy lejanas pero un sueño que ya no parece imposible en L.A.