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NBA | NUGGETS 100 - SIXERS 97

Remontada suprema de Denver con Jokic comiéndose a Embiid

Los Nuggets se sobrepusieron a 21 puntos de desventaja en un último cuarto donde los 76ers se quedaron sin fuerzas. Soberbia reacción de Jokic.

Remontada suprema de Denver con Jokic comiéndose a Embiid
Matthew StockmanAFP

Los Nuggets son uno de los equipos que menos titulares están acaparando pero de los que mejor desempeño están teniendo en este inicio de temporada. Y se han puesto las pilas después de que su entrenador, Mike Malone, echara la culpa a sus jugadores de la mala defensa que estaban ejecutando por falta de intensidad. Han ganado seis partidos de ocho, poniendo sus piezas a punto y logrando la integración en la rotación del prometedor alero Michael Porter

Los 76ers han probado de la medicina que ahora comercializan en el Pepsi Center. Se las prometían felices porque llegaron al último cuarto con mucha diferencia, que llegó a ser hasta de 21 en esa manga, pero la baja de un sostén como Ben Simmons y la falta de compostura pudo con ellos. El público se vino arriba, alentó a los Nuggets y vibró con una última canasta de Nikola Jokic que a la postre sería la ganadora. 

Raulzinho Neto fue titular y Trey Burke debutó por la comentada baja de Simmons. De hecho, algunos de los mejores minutos de los Sixers en este encuentro fueron con Burke a la batuta. Tomaron ventajas de diez puntos ya en el segundo cuarto, con buen juego ofensivo. Joel Embiid hacía de catalizador y Tobias Harris era el que se animaba a finalizar jugadas. Todo iba bien para los de Brown. Will Barton, que esta vez no fue suplente sino que salió desde el inicio, era el único de los Nuggets que se animaba a salirse del guión y arriesgarse ante lo que se les estaba viniendo encima. 

A Embiid le ayudó Horford. Eran la referencia, más estática si lo comparamos con los tramos en los que suele estar Ben Simmons. Habían neutralizado dos intentonas de acercamiento de los locales en el tercer cuarto y se iban al definitivo con 65-84. A partir de ahí, todo fue distinto. Y los pívots eran de nuevo los protagonistas; Embiid se puso nervioso y fallaba en los dos lados de la cancha, haciendo grande a un Nikola Jokic que se empezaba a relamer viendo que llegaban a la altura del rival. Fue el serbio el que metió la canasta que sentenció el encuentro, un tiro desde seis metros, y el que forzó la personal en ataque de Embiid a falta de dos segundos que terminó por finiquitar la contienda. 16 de los 26 puntos de Jokic, que además aderezó con 10 rebotes y 6 asistencias, fueron en el cuarto periodo de juego, el de la remontada. Un ejercicio más que válido de superación en equipo.