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EUROCUP | GERNIKA 56 - PERFUMERÍAS AVENIDA 69

El Gernika tutea al Perfumerías pero sucumbe ante su calidad

Silvia Domínguez desde el bloqueo directo y la pívot Vitola decantaron un choque muy igualado hasta el último cuarto. Las vizcaínas lucharán por ser segundas.

Wojta lanza a canasta ante el Perfumerías
Gernika

El Lointek Gernika le mira a los ojos al Perfumerías Avenida, al que ya le ha dado algún zarpazo en esta etapa de crecimiento del club vizcaíno, pero en este tuteo, le suele faltar el último golpe. El de gracia. En la Eurocup ha caído alojado en el grupo de las charras y en la ida estuvieron cerca de la gesta. En la vuelta, ya en casa, las opciones permanecían intactas hasta el 44-48 al inicio del último cuarto. Hasta ese momento, a 8:40 para acabar, las vizcaínas habían desplegado ese juego valiente, esa defensa asfixiante que les ha convertido en el terror de los grandes. Pero un 4-16 (48-64) en seis minutos acabó con el debate. La letona Vitola fue la estrella de la tarde.

Al final, la calidad de un equipo diseñado para pelear por todos los títulos prevaleció; algo tienen que poner de su parte este tipo de transatlánticos para poder sorprenderles por mucho que tú estés a tu máximo nivel. Desde Silvia Domínguez generó todo el juego con el bloqueo directo y el uno contra uno o las continuaciones a Hayes o Loyd. Dejó de tener claridad de ideas el equipo de Mario López, con ansiedad, sin buscar más pases hacia una mejor posición de tiro. Las salmantinas tienen la primera plaza virtualmente y las vizcaínas, como ya adivinaban, pelearán por la segunda.  

Hubo un pulso con ritmo, derroche físico y mucha pelea. El error en el tiro de tres (2/13) y las perdidas fueron un lastre muy grande para el Gernika. El Perfumerías estaba más equilibrado con jugadoras de una clase suprema por fuera como Samuelson, a la que no obligaban a tirar el balón al suelo para debilitar, y Hof moviendo muy bien los pies por la pintura. Más la imparable Vitola. Mario López, muy inquieto en la banda, fue castigado con una técnica por protestar cuando el marcador iba igualado, pero no tuvo especial incidencia en el tanteo o la mentalidad de su equipo.

Un parcial de 2-7 de salida de vestuarios parecía que iba a madurar definitivamente a las forales, que tuvieron malos porcentajes. Cada error defensivo era castigado. Pero el orgullo les mantuvo en pie. Mario veía que su equipo a veces no elegía bien los tiros, primero por ansiedad y luego por dejar pasar buenas oportunidades para alargar la posesión. La defensa salmantina es agresiva y niega amenazas en los primeros segundos de posesión. Pero ese célebre nervio les hacía soñar con una nueva gesta. El equipo seguía agarrado al choque, con Milic y Arrojo dando soluciones en ataque. Cuando vieron la sangre, las azules demarraron (alguna canasta de Loyd con amago y tiro echándose hacia atrás fue de verdadera crack) hasta el 50-67. Y ahí sí hubo bandera blanca.