El debut de Kyrie Irving con los Nets había sido estupendo, con 50 puntazos, de no ser porque su equipo no logró la victoria. Un detalle no menor que se encargó de solventar con un tiro ante el novato R.J. Barrett que recordó, por estética, al que metió en 2016 ante los Warriors para darle el campeonato a los Cavaliers. 

Los Nets parecían tener el encuentro bastante encauzado tras la primera parte. Había algo de tensión, lógica en un derbi que tampoco ha llegado a cotas importantes en la historia de la NBA, y los Knicks buscaron recortar en la segunda mitad. Lo lograron, poniendo el partido en un puño en los últimos minutos. Tuvo que acudir al rescate el base nacido en Australia para amarrar la victoria, que se dio por 113-109. 

De poco o nada le sirvió a los Knicks estar excelsos desde la línea de tres. Convirtieron 17 de los 25 lanzamientos que intentaron ahí, un 68% de acierto, lo que supone el mejor registro de la historia de la franquicia -que no es poca- con más de 20 tiros.

Barrett y Knox, los más jóvenes de los Knicks, anotaron 16 puntos cada uno y se mostraron valientes ante rivales más expertos. Allonzo Trier, con 22 puntos saliendo como suplente, fue otra de las patas que ayudó a los Knicks a forzar la situación. Por parte local, Kyrie Irving terminó con 26 tantos (8/19 en tiros, más fallón que ante los Timberwolves) y se sirvió del también base Spencer Dinwiddie (20 puntos) para hacer de menos a los contrincantes y sumar la primera victoria del año.