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EUROLIGA | MACCABI TEL AVIV 76-VALENCIA 63

El Maccabi inflige la cuarta derrota al Valencia en Euroliga

El equipo de Jaume Ponsarnau, colistas, es el único equipo de la competición que todavía no ha conseguido ninguna victoria.

Jordan Loyd, ante el Maccabi.
Jordan Loyd, ante el Maccabi.Euroliga

El Valencia Basket no despierta en su regreso a la Euroliga. Y ya van cuatro encuentros. Es cierto que las derrotas han llegado ante equipos de nivel, pero no hay partido asequible en la competición. Los israelíes sanaron sus males ofensivos frente a los de Jaume Ponsarnau y bloquearon la ofensiva de un equipo a la deriva en su vuelta a la máxima competición continental.

Cuando los taronja parecían acercarse en el marcador, aparecía la figura de Omri Casspi en un roster plagado de talento ex NBA para volver a dar un golpe de realidad a los valencianos. La dirección de un gran Nate Wolters, los triples de Wilbekin y la intensidad de Othello Hunter fueron demasiado, de nuevo, para el cuadro de La Fonteta. Tan sólo San Emeterio pareció tomar el pulso a un partido, al que se sumaron Bojan Dubljevic y Jordan Loyd desde la segunda unidad. Colistas y sin aparente capacidad de reacción. Los números hablan por sí solos: 10/30 en tiros de dos y 6/26 en triples. Así es imposible.

El Valencia Basket comenzó el encuentro sin un center puro, con Louis Labayrie y Maurice Ndour juntos, y con la pareja de bases Quino Colom-Guillem Vives acompañando a Fernando San Emeterio en el juego exterior. Una pareja de interiores pensada para frenar a Tarik Black y Omri Casspi, también parcos de centímetros, ninguno por encima de los siete pies. Tras una buena defensa del senegalés y tras asistencia de San Emeterio llegaron los primeros puntos del encuentro. Ahí aparecieron la defensa y el fallo en el tiro de ambos equipos, una constante que se repetiría todo el encuentro. Con ataques poco inspirados, lucía la insistencia defensiva en los primeros minutos. Los israelíes encontraban en el tiro de exterior de Nate Wolters y Scottie Wilbekin un arma aislada para hacer daño por fuera, mientras Casspi se echaba al equipo a las espaldas cuando los taronja subían el pistón para dejar un 18-11 al cierre del primer cuarto. Siete arriba para los de Ioannis Sfairopoulos, el mayor parcial hasta el momento.

La figura de Bojan Dubljevic iba asomando en el partido a su ritmo, poco a poco. Sin soluciones en ataque, y con un Brock Motum que respondió a su paso atrás en la rotación con desidia, el montenegrino picaba piedra desde la línea para que los locales no se fueran en el marcador. Y tras dos airballs de Maccabi, de Wolters y Acy, que repetiría más tarde, Aaron Doornekamp empujaría a los taronja a la reacción. Fue el único tiro anotado desde el 6,75 en la primera mitad. Pero un inspirado Dubljevic, con ocho puntos, escudado por San Emeterio, eran los que brillaban de alguna manera entre los atascados ataques en ambos lados de la cancha. La clase de Colom, todavía corta de gasolina, se hacía notar cuando estaba en pista. Eso, y sobre todo la defensa de Ndour, que solo las faltas le limitaban en defensa. Los de Ponsarnau se iban muy vivos, con un 33-28, al cierre del primer tiempo.

Poco cambió el panorama tras el paso por vestuarios. Ataques enrevesados y falta de ideas y ritmo en ataque. En ese contexto, más allá de los triples de Maccabi y Casspi, San Emeterio (12 puntos) sobresalía. Cuando el balón llegaba a las manos del santanderino ponía algo de luz a la ofensiva valenciana. Pero en un elenco cargado de ex NBA por parte de los israelíes, Casspi marcaba la diferencia para poner brecha en el encuentro e igualaba a San Eme en anotación. Él, los triples y el mando de Wolters, que encontraba a sus compañeros con facilidad, marcaron el camino. En cuanto los locales mejoraron los porcentajes y aumentaron la intensidad, cavaron una zanja difícil de superar con las sensaciones en ataque que desprendían los de Ponsarnau. Y con los movimientos en la rotación, tan sólo un voluntarioso, pero poco acertado, Jordan Loyd, trataba de hacerse notar en el Menor Mivtachim Arena en un momento de inspiración de Othello Hunter en la pintura. Eso, y un triple sobre la bocina de Doornekamp, dejaban el luminoso en 56-44 y daban un atisbo de esperanza.

Pero el ataque del Valencia Basket pocos argumentos sumaban a las jugadas aisladas que le mantenía en el encuentro (40% en tiros de dos y 3/20 en triples). Por su parte, los locales seguían dando pasos hacia la victoria de forma pausada, pero constante. Hasta Dubljevic erraba desde el tiro libre para dejar el marcador 19 abajo a falta de seis minutos (68-49) tras un triple lejano de Wilbekin. Loyd tiró de orgullo para rebajar distancias, pero no era suficiente. Sus ganas fueron de lo poco destacable en un final de encuentro cuyo destino había sido escrito minutos antes.