"Jugué una temporada entera embarazada y no lo sabía nadie"
Skylar Diggins-Smith, cuatro veces all star, critica a su equipo, Dallas Wings: "Dijeron que había dejado tirado a mi equipo. He tenido una depresión post parto".
Skylar Diggins-Smith (29 años, nacida en Indiana) cambió su nombre a la vez que su estado civil después de casarse en 2017 con Daniel Smith, que había sido receptor del equipo de football de la Universidad de Notre Dame. La misma en la que, simplemente como Skylar Diggins, la base de 1,75 se había convertido en una de las grandes promesas del baloncesto estadounidense. En 2013 fue elegida con el número 3 del draft de la WNBA por Tulsa Shock, después Dallas Wings. Y allí ha desarrollado una carrera de siete años en la que ha sido cuatro veces all star (2014, 2015, 2017 y 2018), Jugadora Más Mejorada (2014) y aspirante a estar en el equipo olímpico de EE UU para Tokio 2020. Hasta ahora ha hecho sus pinitos a nivel internacional en el baloncesto 3x3. Su trayectoria ha tenido dos baches: en 2015 solo jugó nueve partidos por una lesión de rodilla y esta última temporada, la 2019, se la ha pasado en blanco. En 2020 será agente libre, aunque está por ver cómo se reparte las nuevas cartas en una WNBA que tiene que negociar un nuevo convenio colectivo, con las jugadoras apretando para mejorar sus condiciones como profesionales, hasta ahora pírricas y que no se han ido adaptando al crecimiento que ha experimentado la liga femenina, ahora muy impulsada por la NBA y en su mejor momento mediático en EE UU.
Diggins-Smith, activista contra la obesidad infantil y enrolada en la escudería Nike, dio a luz en abril de 2019. Durante la temporada no jugó, un mal año para un equipo que sin ella y sin la pívot Liz Cambage (traspasada a Las Vegas) acabó 10-24 y elegirá con el número 2 del draft. Pero, según la franquicia, la base percibió su sueldo completo y mantuvo su plaza en el roster aunque según el actual convenio de la WNBA las jugadoras solo tiene derecho al 50% de su salario durante las bajas por embarazo. Ahora, Diggins-Smith ha lanzado un mensaje en redes en el que asegura que no ha tenido el apoyo de su equipo y se queja de quienes la han acusado de "rajada" y de "dejar tirado a su equipo" porque, cuenta, jugó embarazada toda la temporada 2018 sin decírselo absolutamente a nadie. Fue all star y promedió 17,9 puntos y 6,2 asistencias por partido. Pero sus palabras, aunque hay destinatarios que no están claros, airean una sorprendente falta de información y control dentro de, al menos, su franquicia: "No tener el apoyo de tu organización es triste. Es increíble cómo se maltrata a las que somos madres, y a nuestros derechos en la WNBA. Quiero que la gente escuche mi historia de mi voz. Están diciendo que soy una rajada, que dejé tirado a mi equipo etc. Pero no saben que estuve dos meses de baja por una depresión post parto, y con recursos muy limitados para mis cuidados tanto físicos como mentales. Jugué toda la temporada anterior embarazada y no se lo dije absolutamente a nadie. Fui all star y estuve entre las jugadoras con más minutos disputados...".
El general manager de la franquicia texana, Greg Bibb, aseguró en verano que apoyaban a Diggins-Smith al 100% y que estaban dispuestos a esperar a que estuviera lista para volver a recibirla "con los brazos abiertos". Y que mientras tanto solo tenía que preocuparse de su recuperación y de su familia. Ahora y tras estas declaraciones de la jugadora, que no ha explicado nada más sobre el problema que ha podido tener con las Wings y su entorno, la franquicia ha emitido un comunicado en el que asegura que no comenta cuestiones relacionadas con la salud de sus jugadoras por criterios de confidencialidad pero que desde el traslado a Dallas en 2016 cuentan con equipos médicos propios que se encargan de atender a la plantilla "tanto a nivel colectivo como de forma individualizada". "Buscamos que nuestras jugadoras tengan el apoyo que necesiten para su bienestar, sea físico o mental y entendemos la seriedad y la importancia de los asuntos relacionados con esa salud mental", recalcó ayer el propio Bibb.