El Zaragoza da un baño de realidad al Bilbao Basket
Gran partido defensivo de los pupilos de Fisac, que arrasan en casa en cada cita de ACB. Seeley (30 de valoración) lideró al equipo. El nivel físico que impusieron fue decisivo.
El Bilbao Basket abrió el partido del Príncipe Felipe con un 0-9 en cuatro minutos y el Zaragoza andaba cerca del cierre, a falta de 1:06, con 84-59. ¿Qué ocurrió en en esos 35 minutos que mediaron entre ambos marcadores? Pues que una apisonadora echó a andar y puso con los pies en la tierra al recién ascendido. Parece mentira que este Casademont perdiera ante el Telekom por 14 en Champions el miércoles, porque tiene un señor equipo, una plantilla a la altura de un semifinalista de la ACB, que es la etiqueta que defiende. Tiene de todo y aún le falta Seibutis. Porfi Fisac ha inyectado una intensidad descomunal al equipo, que ahogó las líneas de pase de los vizcaínos y les hizo extraviar 21 balones. Enorme trabajo atrás bajando el culo, con todos muy implicados, sacrificados y comunicados, para desnudar a un enemigo que hasta ahora no había dejado de competir nunca, ni ante los dos Euroliga a los que ha tuteado y saqueado.
El inicio fue engañoso. Fran Vázquez empezó muy desconectado y los bilbaínos empezaron muy metidos, con triples de Bouteille y, dos, Kulboka. Pero esta vez la rotación con jugadores de LEB (algún día habrá que quitarles ese sambenito a los chicos) fue fatídica. El Zaragoza subió el tono físico, inició los contactos y se cayó el rival. Rafa Martínez recibió un contacto fuerte y pareció descuadrarle, no estaba cómodo y no pudo tirar del carro como le corresponderá este año cuando la cosa se ponga peliaguda. Brown tampoco tuvo su tarde y Brussino le llevó al poste, donde se le notan mucho las costuras. Ya se le empieza a conocer y sus penetraciones encuentran siempre ayudas para el tapón. Los visitantes llegaban tarde, no estaban con la chispa de otras veces, o más bien cabe decir que no llegaban a la altura de un equipo que está fuera de su radio de acción.
Fisac tenía estudiado el partido. Un 11-0 acabó por cerrar la tapa del ataúd del RETAbet. Metió mucha presión en primera primera línea y dibujó un panorama desolador para Rousselle y Schreiner. A este nivel ninguno de los dos puede capear el temporal. Su liga está en otro mundo. Y los doses jamás pudieron sacar el paraguas ante la exuberancia física de Seeley. Sulejmanivic, por su parte, aún no tiene ritmo pero le cuesta mucho llegar a este nivel. Balvin tuvo que regresar porque Lammers también era diminuto por dentro. Aunque el segundo tiempo empezó de forma simétrica al primero, con triples de Kulboka y Bouteille, el único que se salva del naufragio, todo volvió a su cauce pronto. Hasta pudo jugar el chaval Javier García. El Casademont era una máquina de matar: 28 puntos tras pérdida, 38 en la pintura, 36 del banquillo... y la salvajada de 78 tiros a canasta. Una oda al ritmo defensivo y ofensivo. Primer cachete de la nave de Mumbrú, allá donde Obradoiro se vio abrasado. El foco está en otro sitio. Ante el Fuenla en una semana, sin ir más lejos.