Ricky debuta con los Suns y afina su conexión con DeAndre Ayton
Buenos minutos de la primera unidad de los Suns con Ricky, Booker y Ayton. El base español conectó con el número 1 del draft de 2018.
Los Suns 2019-20 ya están en marcha. Un equipo transformado, con nuevo entrenador (Monty Williams) y que viene de nueve años seguidos sin playoffs después de haberse perdido las eliminatorias tres veces entre 1989 y 2010. En un Oeste tremendo, no se pedirá a los de Arizona que vuelvan ya a la lucha por el título, pero sí que mejoren sus pésimas prestaciones de las cuatro últimas temporadas, en las que han sumado un total de 87 victorias, menos de 22 de media.
Y en eso están, con buenas sensaciones en su estreno de pretemporada (en su pista: 111-106 a los Timberwolves) y después de un verano en el que no han hecho grandes locuras y han tratado de crear un buen sistema (dentro y fuera de la pista) para que luzcan sus dos estrellas jóvenes, el escolta Devin Booker y el pívot DeAndre Ayton, elegido con el número 1 en 2018... el draft de Luka Doncic. Sin hacer mucho ruido, los Suns han construido lo que parece un roster competente, con variedad para la rotación y una buena mezcla de juventud y la experiencia que traen Aaron Baynes, Dario Saric y un Ricky Rubio que llega a su nuevo equipo como campeón del mundo y MVP del Mundial, aparentemente en plena madurez y (28 años) cómodo en ese momento de la vida en el que, casi de repente, pasas de ser una promesa por explotar y te conviertes en un valor veterano dentro del vestuario. Con un excelente contrato de 3 años y 51 millones de dólares, Ricky deja un aspirante a aspirante como los Jazz pero se embarca en un proyecto con muchísimo margen de mejora, en el que sus condiciones se necesitaban como el comer y donde puede ayudar a transformar radicalmente la cultura de su equipo. No va a luchar por el título a corto plazo, pero es un buen reto.
En su primer partido con la camiseta de los Suns, Ricky demostró que quiere ejercer de líder. Tiró del ataque, asumió protagonismo, dirigió siempre y comenzó a enseñar lo que puede ser una conexión fascinante con Ayton en el pick and roll. Sin Baynes, Mikal Bridges ni Oubre (tres importantes para la nueva rotación), con problemas físicos, Ricky formó con Booker, Ayton, Saric y el rookie Cam Johnson, un francotirador elegido (para muchos demasiado arriba) en el puesto 11 del draft y que es mayor (23 por 22) que Booker, que lleva cuatro temporadas y casi 6.000 puntos ya en la NBA. Ninguno de los titulares jugó más de 27 minutos, y el equipo dejó buenas sensaciones. Booker, más liberado con Ricky en pista y sin tener que ejercer de base de facto, acabó con 15 puntos y 5 asistencias. Y el español se fue a 11+5 con 3 rebotes y un 5/13 en tiros. Falló un par de triples liberados (el eterno caballo de batalla) pero se trabajó sus puntos y, sobre todo, lanzó a un Ayton que sumó 18 puntos y 13 rebotes en solo 21 minutos. Acabando las continuaciones en el aro o abriéndose para tirar desde media distancia, el bahameño de 2,16 apunta a gran socio de Ricky Rubio.
Los Wolves de Ryan Saunders demostraron lo que han proclamado a viva voz en los últimos meses: son el equipo de Karl-Anthony Towns. El pívot sumó 19 puntos, 10 rebotes y 5 asistencisa en solo 19 minutos, con Andrew Wiggins en un rol menor (6 puntos) y los primeros minutos para Jarrett Culver, el número 6 del último draft (11 puntos, 3 rebotes). Entre los rookie, destacó también en los Suns Ty Jerome, el ex de Virginia que lució instinto anotador (12 puntos en 23 minutos).