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NBA

Los motivos que hacen inviable el salto del Real Madrid a la NBA ahora

Analizamos algunos criterios que hacen que, a día de hoy, la opción de ver al Madrid u otro club europeo en la NBA sean prácticamente nulas.

Los motivos que hacen inviable el salto del Real Madrid a la NBA ahora

Florentino Pérez volvió a insinuar a los compromisarios del club la posiblidad de que el equipo entre a formar parte de la NBA: "He pedido que nos incluyan en la Conferencia Este pero dicen que está lejos", afirma el presidente blanco. Un sueño recurrente que, a día de hoy, es eso, un sueño. Son varios los factores que hacen que el desembarco del Madrid (o de cualquier otro club de primer nivel europeo) en la mejor Liga de baloncesto del planeta resulten ahora inviables.

Criterio médico

Desde hace unos años la NBA estudia fórmulas para reducir el número de partidos (sobre todo de back to backs, disputar dos encuentros en días consecutivos) y viajes con el objetivo de primar el descanso de los jugadores. De hecho, hace dos temporadas amplió ya su calendario con el objetivo de minimizar las lesiones y preservar la salud y el físico de los jugadores, al fin y al cabo los grandes protagonistas del negocio. La medicina deportiva es cada vez más relevante en la estructura de cualquier organización vinculada al deporte, por lo que una expansión hacia Europa y el incremento de partidos y kilómetros recorridos (además del cambio horario) que esta traería consigo, iría, a priori, en la dirección contraria a la tomada por la Liga. "Cuando David Stern era el Comisionado tenía el sueño de que hubiera una División europea de la NBA. Una de las grandes dudas que tengo es que cada vez tenemos estudios más elaborados y sofisticados sobre la influencia en los jugadores del cansancio, la falta de sueño... Estamos analizando en profundidad el impacto de los viajes largos, el paso por distintas franjas horarias para jugar partidos sin casi adaptación... ", explicó a varios medios españoles, As entre ellos, el comisionado Adam Silver durante una visita a nuestro país de la que ahora se cumplirán tres años.  

Un nuevo pabellón

Para poder jugar en la NBA, uno de los requisitos fundamentales es contar con un pabellón que requiera una serie de condicionantes de aforo, comodidad, tecnología... que obligarían al Real Madrid a abandonar el Palacio (WiZink Center) y a construir una nueva instalación. "Los pabellones de la NBA rondan los 19.000 espectadores y buscan una experiencia integral, no solo los partidos, para los aficionados. Los pabellones son ya centros para la comunidad donde se celebran conciertos, eventos, fiestas...", detallaba el propio Adam Silver hace un par de años durante una visita a España. Las causas de que hasta ahora la NBA sólo haya viajado a Londres (esta temporada se estrenarán en París) para disputar partidos oficiales las exponía Ben Morel, quien fuera hasta mayo de 2018 director general de la NBA para Europa y Oriente Medio. "Para albergar partidos de la NBA están el de Londres, el de París y seguramente el de Berlín. Eso es una realidad. Y luego volvemos a los nuevos ajustes de calendario: los que juegan en enero en Londres no tienen partido ni cinco días antes ni cuatro después. La dirección actual es reducir el calendario y ubicar mejor los partidos en él", manifestó a As en el penúltimo All Star celebrado en Los Ángeles.

El visto bueno de los propietarios

Para que la NBA ampliase su número de franquicias, actualmente fijado en 30, su Board of Governors (Junta de Propietarios) debería aprobar esta expansión. Algo que no parece tan claro ya que significaría dividir las ganancias obtenidas por la Liga (el célebre BRI de la NBA) en más partes si finalmente se decidiese aceptar más equipos. De hecho, en alguna de sus últimas intervenciones, Adam Silver, manifestó sus reparos acerca de si una expansión "sería la dirección correcta a seguir". Si esta opción queda descartada, la única forma de abrirse a nuevas ciudades sería mediante un traslado como el de los míticos SuperSonics de Seattle a Oklahoma City en 2008. Para ello, el o los propietarios del equipo en cuestión deberían presentar un plan de viabilidad que fuese a su vez aprobado por la NBA.

Dura competencia

En relación al punto anterior encontramos la amplia competencia entre ciudades por abrirse a la NBA. En los últimos tiempos se ha convertido en un tema recurrente la posibilidad de que Seattle vuelva a contar con una franquicia, pero por el momento no hay un plan concreto ni mucho menos fechas para ello. Otra ciudad que podría volver a formar parte de la Liga es Kansas City, si bien no existe ningún tipo de promesa a corto plazo. En el plano internacional, Ciudad de México aparece mucho mejor ubicada que Madrid. La capital mexicana tiene ventajas como la cercanía geográfica (no supondría un trastorno tal como tener que cruzar el Atlántico), la logística (cuenta con un pabellón que ha albergado y este año volverá a hacerlo partido de regular season) y está ubicada en la misma franja horaria de los Estados Unidos. "Lo que significaría una franquicia en Ciudad de México es algo que vamos a explorar. Es un mercado competitivo con más de 20 millones de personas. No tenemos planes inmediatos de expansión, pero nos planteamos si sería beneficioso para la Liga en general. Es evidente que venir a Ciudad de México, solo por la población de México pero también como entrada en el sur de América podría ser, potencialmente, muy importante para la Liga. Aquí tenéis un gran pabellón y, a juzgar por la venta de entradas, tenemos vuestro interés. Es algo que seguiremos valorando", subrayó Silver en enero de 2017. El probable desembarco de la NBA en México pasaría primero por contar con un equipo en la Liga de Desarrollo (G League), una opción que ya cuenta con el visto bueno de la NBA.

Una división, no un equipo

En el caso de que algún día la NBA concrete el viejo anhelo de David Stern y establezca raíces firmes en Europa, lo haría con una división completa de equipos. En ningún caso con un solo club. Sería la única manera de poder racionalizar los problemas logísticos y de desplazamiento si algún día la Liga llega a disputarse en dos continentes al unísono. "Siempre hemos dicho que si se diera el salto a Europa tendría que ser con cuatro o cinco equipos, no con uno", advirtió Morel en conversación con este diario.

Las diferencias económicas

"El equipo europeo que quisiera competir en la NBA tendría que ser capaz de funcionar en el mismo nivel de generación de ingresos, regirse con un modelo similar de negocio. En Europa se ha mejorado mucho, también en infraestructuras y pabellones, pero creo que los equipos todavía no están preparados para generar lo que generan las franquicias NBA", puntualiza Silver. Basta con recordar que el presupuesto de la sección de baloncesto del Real Madrid para la temporada 17-18, el mayor de Europa y el más alto en la historia del club, fue de 44 millones de euros. Menos de la mitad del límite salarial que se fijó para cada una de las 30 franquicias de la NBA el pasado curso (101,87), y cuyo suelo estaba establecido en 91,69 millones —cantidad a la que hay que llegar para evitar una multa por parte de la Liga—. El del Zalgiris Kaunas lituano, uno de los clubes punteros de la Euroliga, para la pasada campaña se situó en los 10,7 millones. Una cifra inferior a la que cobrarán este año una buena cantidad de jugadores de la NBA.