El nuevo jugador de los Nets se sincera en una entrevista con el Wall Street Journal: "Nunca seré uno más de los Warriors"; "No me fío de nadie en OKC".
Hacía bastante que no escuchábamos a Kevin Durant. Los Warriors le mantuvieron alejado de los medios durante todas las Finales, esperando para ver si era capaz de disputar algún minuto. Cuando lo hizo sólo duró 10 en la pista y le costó una lesión en el tendón de Aquiles que le tendrá toda la temporada sin jugar. El día 1 de julio se confirmó su marcha del equipo de La Bahía con destino a Brooklyn. Todo esto ha pasado sin una sola declaración suya. Pero la espera ha acabado. Durant ha hablado con J.R. Moehringer, del Wall Stree Journal, y la entrevista no ha dejado indiferente a nadie. El jugador, que rara vez habla para no decir nada, no ha defraudado. Ha demostrado una vez más no tener pelos en la lengua, mostrando ese perfil polémico que tantos enemigos le ha granjeado, mostrando una cara más reflexiva e, incluso, cansada de lo que cabría esperar.
Y sentencia: "Nunca más estaré ligado a esa ciudad por todo esto que te cuento. Hubo algún momento en el que me planteé volver allí y ser parte de esa comunidad y de esa organización, pero no confío en nadie allí. La organización, el General Manager... no he hablado con ninguna de esas personas desde que me fui".
Y una última frase que define cómo es el personaje. Lo poco que le importa entrar en conflictos y la gran imagen que tiene de sí mismo. Cuando Moehringer le pregunta por la reacción de entusiasmo del público de Toronto en el momento en el que se rompió el tendón de Aquiles, algo que suscitó las críticas de mucha gente, Durant le resta importancia a su manera. Incluso lo justifica: "Estaban aterrorizados de que yo estuviera en la cancha", le contestó reprimiendo una sonrisa. "Se podía sentir en el ambiente desde el momento en que salí".