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Balvin, el jugador clave que quería Mumbrú para Bilbao

El técnico del RETAbet insistió tanto que se acabó llevando al 'cinco' checo, el hombre franquicia en Miribilla. "En la ACB es donde mejor me siento", destaca.

Balvin, como nuevo jugador del Bilbao Basket
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Ondrej Balvin rompe el estereotipo de jugador frío llegado de más allá antiguo telón de acero. Será por su paso por Sevilla y Las Palmas, zonas de calor y buena vida. Es charlatán, agradecido y hasta con ritmo en el cuerpo. Cajasol (actual Betis), un pequeño periplo en el Estudiantes y Gran Canaria han sido los lugares de paso de este gigante checo (2,17), con el que el Bilbao Basket ha estado muy vivo y le ató casi al primero en la ruleta de fichajes tras su retorno a la ACB. Hablamos de un jugador que acabó en tercera posición en rebotes ofensivos en la última temporada (2,2), tercero en mates (1,3) y segundo porcentaje en tiros de dos (66%) tras un Tavares que todas las mete para abajo (75%). En noviembre hizo 200 partidos en la Liga Endesa (ahora tiene 18 más). "Es un placer enorme, ya estoy siendo un poco viejo", se reía por entonces. Un 2,17 que se acerca al techo en la historia del club vizcaíno. Su llegada a Miribilla estuvo en gran medida condicionada por la insistencia de Mumbrú: “He venido porque Álex, el entrenador, me estaba llamando bastante… era un poquito pesado en un momento (risas). En la ACB es donde mejor me siento. En Alemania (Bayern de Múnich) no acabé de estar feliz y tras la temporada pasada, que fue normal, estaba buscando un equipo donde tener un rol importante y en ese momento entró Álex, que me estaba llamando y diciendo que viniera”, se presentaba hoy en IMQ.

Ahí estaba la clave: en Miribilla sabe que va a ser un jugador franquicia y en otros destinos ha sido uno más. Compartirá posición con Lammers, al que tras conocer la LEB Oro, deberá enseñar cómo se las gastan en la élite. Sus referencias del RETAbet se remontan a cuando era un crío y estaba en Praga. Allí pudo ver como aficionado, cuando era un tierno júnior, a un equipo, por entonces más adinerado, que jugó la Eurocup ante el Nymburk. “Mumbrú me pidió que fuera una referencia en la zona, que iba a jugar en el poste bajo, esa era una de la razones de mi fichaje, casi ningún equipo maneja un jugador ahí, me dijo que clave en el equipo y se puede cumplir”, prosigue.

Llegó a Sevilla siendo un crío, procedente del USK Praga, en la temporada 2010-11. Se fogueó en el Castilleja de Liga EBA pero todos veían ahí un diamante en bruto. Allí se tiró seis años. Es el quinto fichaje en Miribilla tras el base Rouselle, el escolta Rafa Martínez, y los aleros Bouteille y Sergio Rodríguez. Ya sólo queda por confirmar al cuatro lituano Kulboka. Falta por resolver el contrato de Edu Martínez, que tiene cláusula asequible de salida, y el equipo estaría cerrado, aunque se maduraba la idea de tener un quinto pívot (el elegido era Demetrio pero le llegó una oferta mejor del Flamengo). “Rafa Martínez es un jugador con experiencia; ha ganado la Eurocup –sostiene Balvin-, y es respetado en su equipo, conoce bien la Liga. El equipo tiene buena pinta, no podemos competir con los fichajes de algunos rivales pero para lo que podemos hacer hay buen equipo”.

El director deportivo, Rafa Pueyo, destacó que el pívot checo tiene solo 26 años, pero por su experiencia en ACB, incluyendo playoffs, Eurocup (fue subcampéon con el Granca), Euroliga y como internacional, muchos podrían pensar que ya ha pisado la treintena: “Está en la mejor edad para desarrollar su potencial. Estamos muy ilusionados de que pueda hacerlo en Bilbao”. El 14 de septiembre en Lasesarre (Barakaldo) al equipo le espera un partido de Euskal Kopa ante el Baskonia.