El Olympiacos ha completado dentro del plazo que finalizaba esta semana su inscripción para jugar en la segunda división griega, pero seguirá litigando para evitar hacerlo. Si finalmente no le quedara otra opción, no jugaría con el primer equipo, con el que competirá en la Euroliga, sino que formaría otra plantilla con jugadores jóvenes y se cambiaría el nombre. Sus partidos, además, no serían en la pista principal del Palacio de la Paz y la Amistad, sino en una auxiliar, la que se utiliza para los entrenamientos.

El equipo de El Pireo, descendido por retirarse del pasado playoff ante el Panathinaikos (antes lo había hecho en la Copa griega), mantiene varios frentes judiciales abiertos y el enfrentamiento permanente con su rival ateniense que llegó hasta la pasada asamblea de la Euroliga.

El PAO, por ejemplo, ha ofrecido a los aficionado del Olympiacos abonos al 50% del precio original para que puedan ver partidos en Primera si su equipo participa en la categoría. Para ello solo tendrían que enviar el abono de la pasada temporada con los Rojos. Una manera de mofarse de la situación.

El Olympiacos reaccionó a esta burla depositando ocho euros en la cuenta bancaria abierta para el proyecto Salvar al Panathinaikos, creada como estrategia del presidente del PAO de baloncesto, el controvertido Dimitris Giannakopoulos, para ayudar al equipo de fútbol a construir un nuevo estadio. “No se puede jugar con el nombre glorioso y la historia del Olympiacos”, sentencia este viernes el club griego en un comunicado.