Coby White: el demonio que acabó con un récord de Jordan
Combo guard de velocidad endiablada, batió el récord de más puntos en la primera temporada con los Tar Heels. Le comparan con Jamal Murray.
Número del draft: 7 (Chicago Bulls)
Edad: 19 años (16 de febrero de 2000 en Goldsboro, Carolina del Norte)
Altura y peso: 1,96 y 84 kilos.
Universidad: North Carolina (2018-19)
Estadísticas NCAA: 16,1 puntos, 3,5 rebotes y 4,1 asistencias.
Puesto: Base
Para jugar rápido, para abrasar a los rivales en transiciones supersónicas constantes y generar puntos a toda velocidad, ahí está Coby White. Aunque es más un combo guard que un base puro, para algunos puede acabar siendo el mejor jugador del draft en su posición, una versión más veloz, endiablada, de Jamal Murray, el principal acompañante de Nikola Jokic en los Nuggets.
Desde luego, es el base que se ha enfrentado a un camino más duro en College, ese es el peso (entre muchos privilegios) de liderar a una Universidad como North Carolina, el estado y la casa de Michael Jordan, al que quitó el récord (ahora 562 por los 469 del legendario escolta) de más puntos en una primera temporada con la camiseta de unos Tar Heels a los que lideró porque, básicamente, ese era su destino. Proyecto cinco estrellas según todos los especialistas, nacido y criado en Carolina del Norte y gran estrella de instituto, donde batió el récord del Estado con 3.573 puntos en cuatro años. Eso es White: puntos, puntos y más puntos. En transición, recibiendo y tirando, buscando el aro, tronchando a los rivales con su primer paso... Obsesionado con la canasta rival, no es un gran creador de juego para los demás para es perfectamente capaz de hacer mejor a su equipo por su propia tensión competitiva. Eso sí, su actitud y su velocidad se acaban a veces volviendo en su contra y le hacen perder el control y tomar decisiones equivocadas (12 partidos por debajo del 35% en tiros).
No hay trampa ni cartón. Coby White va a correr mucho y a meter muchos puntos en la NBA. En cuanto controle ese instinto infernal que a la vez es lo que le hace ser un proyecto de estrella, en cuanto sume más cerebro a todas las situaciones de los partidos, puede ser un jugador verdaderamente relevante porque la voracidad siempre va a estar ahí. Tira bien (sobre todo tras pase), necesita controlar las pérdidas (2,7 de media en su año universitario) y es algo pequeño para jugar de escolta, o de base sin balón, en el nivel NBA. Ya hace un año que forma parte del entramado USA Basketball (campeón del FIBA Américas Sub-18 de 2018) y aterriza en la NBA con pedigrí (los Tar Heels) de primera categoría y una promesa que seguro cumplirá: meter puntos, puntos y más puntos. Así ha sido desde el instituto...