NBA | DRAFT 2019

Darius Garland: un base hecho a la medida de esta nueva NBA

Apuntaba a gran estrella en Vanderbilt cuando una lesión de menisco le dejó fuera tras solo cinco partidos. Es un base letal desde la línea de tres.

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Darius Garland: un base hecho a la medida de esta nueva NBA

Número del draft: 5 (Cleveland Cavaliers)

Edad: 19 años (26 de enero de 2000 en Gary, Indiana)

Altura y peso: 1,91 y 79 kilos.

Universidad: Vanderbilt (2018-19)

Estadísticas NCAA: 16,2 puntos, 3,8 rebotes y 2,6 asistencias.

Puesto: Base

En la era de los analytics, los números y las métricas que tratan de explicarlo todo, son especialmente interesantes los muy pocos casos en los que elegir muy alto en el draft por sensaciones, más por impulso que por valores empíricos sólidos. Darius Garland es exactamente ese jugador en el draft 2019, un talento que podría haber sido una de las grandes sensaciones del curso universitario... pero que cayó después de cinco partidos, fulminado por una lesión de menisco que le dejó sin jugar más con los Commodores de Vanderbilt. Ya había hecho un partido de 33 puntos después de debutar con otro de 24, ya había dejado destellos de que es un jugador que electrifica las gradas y atrapa las miradas como un imán... pero también había sumado más pérdidas (15) que asistencias (13).

El 23 de noviembre, Garland se lesionó contra Kent State. Cuatro días después se hizo oficial que no jugaría más y su nombre quedó en el olvido hasta que la Final Four se cerró con el triunfo de Virginia y el draft pasó a ser el gran tema del baloncesto universitario. Para añadir incertidumbre, Garland ni se presentó a las pruebas físicas de la combine (supuestamente porque ya sabía quién andaba tras sus pasos) y ha estado entrenando, y pregonándolo en Instagram, con el mismísimo LeBron James. Lleva su carrera, más picante, Klutch Sports, la agencia de Rich Paul, mano derecha del Rey que ha tenido a la NBA en pie de guerra desde febrero con el asunto Anthony Davis.

Eso sí, Garland merece cualquier apuesta que se haga por él, por muy alta que sea. La promesa de un jugador de un perfil no muy distinto al de (en su mejor versión) Damian Lillard: pequeño y liviano, con un tremendo manejo de balón y un rango de tiro casi infinito. Su lanzamiento de tres (47,8% en sus 5 partidos en Vanderbilt) es una preciosa señal de un gran futuro en una NBA que él mismo ha reconocido que ha avanzado hacia el tipo de juego que mejor le encaja precisamente a jugadores como él, un base rápido, con un manejo de balón endiablado, que encuentra a sus compañeros liberados tras el dribbling, que está acostumbrado a anotar ante defensores más altos y más fuertes (el reto se redoblará en la NBA, claro) y que puede destruir literalmente a los rivales con su tiro de tres. A cambio, apenas se le vio en College, se teme por su finura y poca explosividad física y esas pérdidas demasiado facilonas estropearon su presentación como pasador.

Hijo de jugador de baloncesto, Winston Garland (Clippers, Nuggets, Wolves, Rockets, Warriors...) ha entrenado duro desde los 5 años para llegar a este momento: la NBA, convertida además en una cuestión de velocidad, pases y tiros rápidos de tres que parecen encajar como un guante en el estilo de Darius Garland, hasta hace poco el gran secreto del draft 2019. Ahora, finalmente y sin duda, una de sus grandes joyas.