Cam Reddish: un súper talento que llega a la NBA cuestionado
Su año en Duke fue decepcionante, eclipsado por Zion y Barrett. Es un tirador que apuntaba muy alto y con el que ahora hay dudas.
Número del draft: 10 (Atlanta Hawks)
Edad: 19 años (1 de septiembre de 1999 en Norristown, Pennsylvania)
Altura y peso: 2,03 y 94 kilos.
Universidad: Duke (2018-19)
Estadísticas NCAA: 13,5 puntos, 3,7 rebotes y 1,9 asistencias.
Puesto: Alero
Es imposible no pensar en un gran jugador NBA cuando uno echa un vistazo rápido a Cam Reddish: su físico para jugar de alero, la naturalidad con la que ejecuta su lanzamiento y el poco esfuerzo que parece que le cuesta hacer todo lo que hace en una pista de baloncesto. Y, sin embargo y con solo 19 años, Reddish llega al nivel profesional con mucho que demostrar y unas dudas por despejar que hace un año no existían: ¿quién es realmente Cameron Reddish?
O más bien: ¿quién apuesta por darle la oportunidad de demostrarlo en las canchas NBA? Cuando se comprometió con Duke como uno de los reclutas por importantes de todo el país, parecía que los de Mike Krzyzewski serían imparables: Zion Williamson, RJ Barrett y Cam Reddish. Por entonces, se especuló con que por primera vez una universidad podría tener a las tres primeras elecciones de un draft. Pero después la temporada acabó muy pronto (Elite 8, a las puertas de la Final Four) con los sueños de los Blue Devils y dejó un gran señalado: Reddish, ya fuera de cualquier consideración para ese top 3.
A Reddish no le sentó bien ejercer de tercera espada. La explosión de Zion y la jerarquía de Barrett le aislaron muchas veces del juego de ataque. Desconectado, sin ritmo en su tiro y con noches fantasmales, su consistencia y su espíritu quedaron en entredicho. Pero también están los que creen que ahora veremos al mejor Reddish, el jugador que pese a todo sumó 13,5 puntos por partido que sumar a los más de 46 que aseguraban sus dos compañeros. El Reddish en cuya mecánica de tiro es casi imposible no creer a pesar de que se quedó en un 33% en triples en su año en Duke, una cifra que no concuerda para nada con la finura de su lanzamiento.
Puede ser un jugador de poca energía y finalmente decepcionante, invisible. Eso temen algunos. Pero también puede ser un alero tremendo, con manejo de balón, físico para defender y un tiro que puede ser letal con ritmo y confianza. Eso es Cam Reddish: la promesa de convertirse en uno de los mejores jugadores de este draft, justo lo que parecía hace un año. Ahora, con el viento no precisamente a favor, le toca demostrarlo.