De'Andre Hunter: un 3+D sólido como una roca y listo para ganar

Número del draft: 4 (Atlanta Hawks)

Edad: 21 años (2 de diciembre de 1997 en Philadelphia, Pennsylvania)

Altura y peso: 2,01 y 102 kilos.

Universidad: Virginia (2017-19)

Estadísticas NCAA: 12,4 puntos, 4,4 rebotes y 1,6 asistencias.

Puesto: Alero

Con Hunter sucede que no es un jugador demasiado espectacular ni una selección de draft con una gran historia detrás... Quien elige lo hace muchas veces por proyección de potencial, pensando más en el techo que en el suelo de jugadores todavía muy jóvenes. Y seguramente otros en esta camada de 2019 tienen un cielo mucho más arriba, pero muy pocos parecen a priori tan fiables, tan capaces de ser como mínimo titulares productivos durante una década y tan preparados para rendir en la NBA desde el salto inicial del primer partido que De'Andre Hunter, que llega además tras proclamarse campeón con Virginia en una final en la que hizo un trabajo excelente: 27 puntos, 9 rebotes y una excelente defensa sobre otra de las estrellas de esta generación, Jarrett Culver.

Con Hunter se va sobre seguro aunque algunos creen que no hay mucho más de lo que ya se ve (que en cualquier caso es seguramente suficiente) en un alero que cumplirá, además, 22 años en diciembre porque pasó una temporada en blanco antes de irrumpir en la rotación de los Cavaliers de Tony Bennett. Una grave lesión en una pierna a los 16 años le complicó el salto a la universidad, y una de muñeca le dejó fuera del torneo en 2018, cuando Virginia fue el primer cabeza de serie eliminado a la primera en toda la historia del March Madness. Entonces decidió retrasar su salto a la NBA, aunque muchos mocks le colocaban en primera ronda. Siguió en los Cavaliers, mejoró drásticamente como jugador y se proclamó campeón universitario con la consideración generalizada de mejor defensor del baloncesto universitario.

Eso es Hunter: un extraordinario defensor (algunos le comparan en eso incluso con Kawhi Leonard) que puede guardar su plaza en todas las posiciones (un valor incalculable en la actual NBA), con envergadura y un buen instinto reboteador. A eso ha ido sumando un tiro de tres cada vez más eficaz para acercarse al perfil casi prototípico del ahora tan preciado 3+D, el alero capaz de defender y anotar sus tiros liberados. Disciplinado, con un gran físico y unas condiciones ofensivas cada vez más versatiles y eficientes, no solo como tirador sino también en el poste. No es eléctrico ni especialmente creativo ni tiene todavía un manejo de balón llamativo. Pero Hunter es, sobre todo, una certeza, la promesa de un jugador sólido como una roca, de esos que hacen mejores a sus equipos. Como mínimo. A partir de ahí...