Máxima tensión, como no podía ser de otra manera, en un memorable quinto partido de las Finales 2019, el que podria haber sido el definitivo en la lucha por el anillo entre Raptors y Warriors y un duelo marcado de inicio, además, por el regreso de Kevin Durant, que no jugaba desde el quinto partido ante los Rockets (9 de mayo) por una lesión muscular en la pierna derecha.

El alero, que no pudo disputar ni la final del Oeste ni los primero cuatro partidos de la lucha por el anillo, regresó en el quinto con su equipo obligado a ganar (3-1 en contra) y como posible factor milagro de unos Warriors que parecieron apartados de forma cruel de su sueño de llevarse el tercer anillo consecutivo y el cuarto en cinco años antes de su fulgurante reacción final que les permitió forzar el sexto partido, de vuelta en la Bahía. Y durante algunos minutos, pareció que el MVP de las dos últimas Finales había regresado a tiempo: con muy buenas sensaciones aparentemente, jugó casi 12 minutos (11:57) en los que sumó 11 puntos con un 3/3 en triples. Los Warriors dominaron el partido de inicio y ganaban 34-39 cuando, a 9:46 del descanso, Durant no pudo seguir. Frenó en seco y se fue al suelo tras intentar driblar a Ibaka. Su intento de ayudar a los Warriors, entre polémicas sobre si podría o no haber regresado antes, terminó así. Al menos, al alero dejó claro que realmente su lesión era lo suficientemente seria y su compromiso con su equipo máximo, al margen de lo que suceda a partir de ahora, ya que es obvio que esa desgraciada acción de la lesión puede ser la última, según muchos indicios, en la que se le vea con el uniforma de los Warriors.

Stephen Curry y Andre Iguodala acompañaron al túnel de vestuarios a un Durant destrozado, y pronto se confirmó que la pierna derecha volvía a estar lesionada y que el partido y seguramente las Finales (salvo milagro) habían acabado para él, pendiente de pruebas para saber el alcance del nuevo percance.

No faltó además polémica: en el momento de la lesión, hubo vítores y aplausos en la grada, un gesto que fue rápidamente rechazado por los propios Raptors. El español Serge Ibaka, Kyle Lowry y Herbie Kuhn, el speaker de los Raptors, fueron los primeros en pedir a la grada que no festejara la lesión de un rival. Incluso, al parecer, se sacó del pabellón al aficionado que puso en marcha la burla. Finalmente, el público sí despidió mayoritariamente con respeto y aplausos (en este caso de homenaje) a Durant cuando era retirado de la pista en la jugada que pudo marcar definitivamente las Finales 2019 de la NBA.

Un asunto que no enturbió lo que fue finalmente un partido dramático y fantástico, resuelto en el último minuto con los triples de los Warriors, que parecían heridos de muerte, y el fallo final de Kyle Lowry sobre la bocina. Un choque que pasará a la historia de las Finales NBA. Y el jueves (03:00 hora española), el sexto.