NBA | BLAZERS 117 - WARRIORS 119 (0-4)

Curry sentencia y lleva a los Warriors a sus 5ª Finales seguidas

Partidazo del base para liderar a Golden State, que ganó tras prórroga. Los de Oakland esperan rival: quieren ganar 4 Anillos en 5 años.

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Los Warriors vuelven a las Finales de la NBA. No son ajenos los de Steve Kerr, que consiguen llegar a las quintas en cinco años, algo tremendo, en las cuales buscan ganar la cuarta en ese lapso de tiempo.

La forma de conseguirlo demuestra que la madera de campeones de la que están hechos es de roble del bueno: en Portland, cancha difícil, sin Durant, Cousins e Iguodala, tras una prórroga y remontando por tercer partido consecutivo. Podían ganar días de descanso, lo cual les viene fenomenal dado su estado físico, y apretaron para resolverlo en cuatro barriendo a unos Trail Blazers que han flojeado en esta serie tras haber brillado en las dos anteriores.

Con Stephen Curry empezó todo en aquel 2014, cuando se vio que era un tipo algo más que especial, y con él sigue y quién sabe si terminará (ya que la especulación sobre el desarme de este equipo sigue un día sí y el otro también). Estaba escondido y ha salido para dar la estocada al equipo de su hermano Seth con otra actuación sobrehumana: 37 puntos, 13 rebotes y 11 asistencias. Curry ha logrado el 2º mejor ratio de puntos en unas finales de la Conferencia Oeste, superado sólo por Amar'e Stoudemire, y como pareja de Draymond Green se convierte en la 1ª en completar un doble triple-doble en un partido de playoffs. A la altura de muy pocos.

El encuentro comenzó con un duelo entre jugadores de backcourt: Lillard y McCollum contra Curry y Thompson. Los bases eran los que más tiraban del carro, pero por poco. Buenos lanzamientos para empezar por todo lo alto el partido. Alfonzo McKinnie fue el sustituto de Iguodala, de baja por unas molestias en la pierna, y no desentonó: frenó bien a Harkless y Aminu y se fue con 12 puntos en el saco. De los bases se pasó a los pívots y ahí empezaron a perder comba los Warriors, que se habían mantenido incluso por delante en el primer periodo; el segundo vino a castigar los esfuerzos defensivos de Jordan Bell pese a la espectacularidad de sus vuelos y a recalcar el buen ajuste de Stotts dándole más protagonismo a Meyers Leonard. El '11' de los Blazers empezó a anotar triples como si se acabara el mundo, sin esperar que esta temporada sí iba a morir ahí, y llevó a más de diez la ventaja de los suyos antes del descanso con el público enfervorecido por su actuación, en ascenso durante la serie. Pero dos acciones rápidas, incluido un triple de Curry desde Oakland, justo en la previa del bocinazo del descanso acortaron a cuarto la diferencia y ése fue un momento importante para mantener a raya el partido.

Cuando se volvió de vestuarios, nuevo panorama. De nuevo Lillard y McCollum se ponían manos a la obra, pero esta vez sí iban a hacer daño de verdad. En esos instantes se iba a fraguar la distancia que de veras hacía peligrar el partido para los campeones: 95-78 (minuto 34). En un minuto, con Livingston rompiendo los esquemas de Portland y Curry metiendo otros dos triplazos (acabaría con siete), se ponían de nuevo a sólo cinco. Era un tortura más mental que física. Collins también aparecía y se empezó a jugar más por dentro que por fuera, pero el resultado ya estaba definiéndose: igualdad máxima, como en buena parte de la serie. Habría prórroga después de un último minuto de tiempo reglamentario con 0 puntos entre los dos. Ahí tocó de nuevo celebrar al son de Draymond Green, excelente y reivindicativo en la eliminatoria, tras el triple que con 115-119 daba paso al 117-119 final.