NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

NBA

CJ McCollum, el héroe de los Blazers y de la tuitera Jennifer

Tiró de su equipo en el séptimo y está dando en estos playoffs respuesta a la coletilla surgida de Twitter: "Lo estoy intentando, Jennifer".

CJ McCollum, el héroe de los Blazers y de la tuitera Jennifer
STEVE DIPAOLAEFE

CJ McCollum tiene 27 años y se ha convertido, a fuego lento (número 10 del draft de 2013 después de cuatro años en Lehigh), en uno de los mejores escoltas de la NBA. A partir de mañana, sus Blazers vuelven a una final de Conferencia, contra unos Warriors que son tal vez el único equipo de la NBA que puede presumir de tener sin duda un backcourt mejor: Stephen Curry y Klay Thompson, los Splash Brothers, contra Damian Lillard (natural de Oakland, de caza en su tierra en el adiós de los Warriors al Oracle) y McCollum. Capítulo III: 4-1 y 4-0 para los de la Bahía en 2016 (segunda ronda) y 2017 (primera). En total, un 8-1 que deja pocas esperanzas al equipo de Oregón, con poco descanso tras jugar un séptimo partido épico en Denver ayer domingo y de visita a un rival que busca su quinta Final consecutiva y al que los Rockets han obligado a recuperar su mejor versión. Pero en Portland no se dan por muertos: la eliminatoria empieza sin Kevin Durant ni DeMarcus Cousins (ellos llevan todos los playoffs sin Jusuf Nurkic), y McCollum, en su actual nivel, aparece como un factor clave de la serie: los Warriors no pueden preocuparse solo de Lillard.

McCollum lleva cuatro temporadas por encima de los 20 puntos de media (21 en la última) y en estos playoffs está en 24,5 con 5,5 rebotes y 3,6 asistencias. Es uno de los anotadores más finos de la NBA en el uno contra uno, muchas veces a contraestilo con suspensiones desde la media distancia y tras bote, una jugada que se ha convertido en anatema en los departamentos de estadística avanzada de muchas franquicias. En los dos últimos partidos contra los Nuggets, desde el 3-2 a favor de los de las Rocosas, ha sumado 67 puntos con un 54% en tiros por los 45 de un Lillard que depués de su exhibición contra los poco disciplinados Thunder, ha sufrido mucho contra la defensa de los Nuggets: 25,1 puntos de media con un 39% en tiros de campo y un 27% en triples. En el séptimo, con la temporada en juego y en una crisis de anotación tremenda, los Blazers (con Lillard desconectado: 39 minutos sin meter un triples, 1/12 en tiros en los tres primeros cuartos) sobrevivieron y remontaron 17 puntos de la mano de un McCollum imperial que anotó 37 puntos con la muñeca firme (17/29), protagonizó algunas de las mejores jugadas defensivas (sobre todo un tapón a Murray, a la carrera y al estilo LeBron) y le dijo a Terry Stotts que le dejara la última bola, con 95-96, porque iba a "anotar seguro". Y anotó.

Este McCollum, con la misma capacidad para anotar pero en plena madurez y cada vez más completo como jugador, está dando perfecta respuesta a Jennifer, una usuaria de Twitter que le dijo después de los playoffs de 2018 que primero ganara un partido de playoffs y después hablara. Los Blazers llevaban dos roscos seguidos, lógico el de los Warriors en 2017 y muy duro de encajar (con ventaja de campo incluida) el de los Pelicans el año pasado.

La contestación de McCollum en otro tuit ha dejado una de las coletillas más usadas desde entonces en el mundillo NBA: "I'm trying Jennifer". Lo estoy intentando, Jennifer. Y los Blazers, ahora sí, suman ya ocho victorias en estos playoffs y han superado dos rondas por primera vez en 19 años. Jennifer reclama su cuota de protagonismo y ofrece merchandising relacionado con la anécdota que la convirtió en una pequeña celebridad del Twitter NBA.

Los Blazers, del Staples Center al Oracle Arena

Desde 2000, esos citados 19 años, los Blazers han estado 12 veces en playoffs y en nueve fueron eliminados en primera ronda. En una franquicia de funcionamiento casi siempre modélico y con una base social envidiable (el gran equipo del deporte profesional de Portland), las decepciones, o simplemente unas cuantas eliminaciones gélidas de playoffs, habían conducido a una sensación de estancamiento que se ha combatido desde los despachos con una beneficiosa apuesta por la continuidad. En cuanto al puesto de Sttots y en cuanto a la pareja Lillard-McCollum, contra cualquier corriente que apuntara hacia el traspaso de uno de los dos en busca de un formato de plantilla más ganador. Ahora, pese a la baja de Nurkic y gracias a que Warriors y Rockets se pegaron por el otro lado del cuadro, el equipo vuelve a donde llevaba casi dos décadas sin llegar. Desde entonces, casi siempre ha competido y ha evitado pasar por las cloacas de la NBA cuando, por ejemplo, después de los playoffs de 2015, se fueron cinco de los seis principales del roster: LaMarcus Aldridge, Nico Batum, Robin Lopez, Wesley Matthews y Arron Afflalo. Pero se quedó Lillard, y emergió McCollum.

El reto ahora es el más difícil de todos: los Warriors que con Steve Kerr han ganado 17 de 18 eliminatorias de playoffs y llevan 21 series seguidas ganando al menos un partido a domicilio. El premio sería su primera Final de la NBA desde 1992, cuando perdieron (4-2) contra los Bulls de Michael Jordan. En 2000, la última vez que llegaron a una final de Conferencia, también se toparon con un imposible, los Lakers de Phil Jackson, Kobe Bryant y Shaquille O'Neal, que habían ganado 67 partidos y marchaban hacia el primero de sus tres anillos seguidos. Después de arrasar a Wolves y Jazz (7-2 total), levantaron un 3-1 contra los angelinos, pusieron el 3-3 y llegaron a estar 55-71 en el séptimo, en un Staples Center que se los llevó por delante en una de las grandes remontadas de la historia de los playoffs (89-84 final), culminada en plena fiebre amarilla con el icónico alley-oop de Kobe a Shaquille. Ahora los Blazers vuelven a estar ahí, sin nada que perder y bañados en una dureza competitiva de la que hasta Jennifer ha acabado estando orgullosa.