Partido muy meritorio de San Pablo en Vitoria. Quedaban dos minutos para el descanso y los de Epi ganaban por 35-37. Ocho jugadores diferentes habían anotado y daban la cara en un ambiente favorable porque mucha gente de Burgos se había acercado al Buesa Arena. El partido comenzó con dos triples consecutivos del Pato Garino. Perasovic tenía sólo un base por las lesiones de Granger y Huertas por lo que Shields tuvo que ayudar a subir el balón.

En la artillería exterior, reseñar la ausencia de Hilliard (a punto de ser padre en el hospital) lo que acumuló los problemas en la batería de lanzadores por la lesión de pie de Janning. El 13-4 inicial hacía pensar que la tarde sería cómoda pero Burgos se mostró muy inspirado y peleón. Con un baloncesto muy dinámico se fue sólo 2 abajo al final de la primera entrega (22-20).

El Kirolbet metió músculo y físico al partido y comenzó a dominar el rebote. Pero ni por esas (empate a 31, min. 16). Shengelia se tuvo que marchar a los vestuarios antes de tiempo por un golpe en la nariz (fractura) que sangraba pero, a fin de cuentas, los suyos ganaban el choque por 4 puntos de diferencia al descanso. En rebotes, a esas alturas, 18-11, pero en pérdidas, 7-4. Con porcentajes de tiro similares, el luminoso estaba bastante igualado a esas alturas.

El tercer cuarto fue muy igualado. Garino destapó el tarro de las esencias mientras que Fitipaldo, Benite y Huskic mantenían el tono ofensivo de los castellanos. 62-59 y a disputar los últimos diez minutos. Soñó Burgos con la victoria (66-71, min 34) con Shengelia sin volver de los vestuarios y las gradas encendidas. El Baskonia se cargó muy pronto de faltas en el último cuarto y entró en un santiamén en bonus. El San Pablo, sin embargo, pudo gestionar mejor sus acciones defensivas. Un parcial de 12-4 con Vildoza estelar volvió a dar el timón del partido al conjunto de Perasovic. A partir de ahí ya no lo abandonó. En los últimos cinco minutos, Baskonia endosó un 21-8 a los burgaleses.