Resulta complicado afrontar un partido relativamente intrascendente de Liga Endesa ante el Fuenlabrada cuando sales de jugar una semana intensa de Euroliga contra el CSKA. Eso y las fiestas del patrón de Álava. San Prudencio vacío las gradas del Buesa en un partido que ni siquiera vio in situ su presidente, Josean Querejeta. Gradas semivacías y palco con tan sólo tres directivos: Roberto Larrañaga, Félix Fernández y Alfredo Martínez. Ambiente gélido en Vitoria, compitiendo con la romería.

El Montakit fue por delante en ocho momentos: 2-4, 6-8, 8-10, 53-55, 62-63, 85-87, 88-89 y 90-91. Los locales no pudieron contar con Janning, Granger y decidieron parar a Vildoza por molestias en el aductor. El equipo de Cuspinera viajó a Vitoria ni Popovic.

Perasovic sacó en el cinco inicial a Miguel González, algo novedoso. Más que por el hecho de hacerlo por los minutos que tuvo. Shengelia comenzó muy centrado y, en los primeros 5, ya llevaba 7 puntos. Un triple de Hilliard estiró la goma de verdad (25-16, min. 8). El Fuenla encajó casi 30 puntos en el primer cuarto.

El Kirolbet tuvo poca producción ofensiva en los primeros minutos de la segunda entrega (35-32, min. 14). Dos triples de Hilliard volvieron a dejar la diferencia en + 7 y la aportación de Garino en esa faceta llevó al choque al descanso con un 53-44. Los vitorianos se marcharon a los vestuarios dominando el rebote y con 14 asistencias. Y eso que sólo jugaban con un base nato: Marcelinho Huertas.

El Fuenlabrada amagó con una buena reacción (62-63) pero el conjunto vitoriano estaba decidido a resolver la situación. Con cierta desidia pero mostrando galones, volvió a crear diferencias serias (77-66, min. 28). Y eso que Paco Cruz estaba firmando un partidazo estelar con 19 puntos en la recta final del tercer cuarto. Las distancias nunca fueron definitivas pero sí daba la sensación de que era el conjunto de Perasovic el que manejaba el tempo del compromiso.

Faltando 6 minutos para el final, el Montakit empató el choque a 85 y metió el miedo en el cuerpo de los aficionados. Garino vio la quinta personal muy pronto pero los baskonistas cerraron el complicado compromiso metiendo intensidad a la defensa y haciendo canastas decisivas. Trabajo encomiable de los del sur de Madrid y Eyenga jugando los 3 últimos minutos tras un esguince de tobillo.