Los Bucks tienen recursos más allá de Giannis Antetokounmpo, pero Giannis Antetokounmpo es el que te hace ganar los partidos importantes. Ambas realidades, totalmente compatibles, fueron constatadas en el Wells Fargo Center de Filadelfia en la noche en la que Milwaukee pudo celebrar por primera vez desde 1974 (45 años después) que son los mejores de la temporada regular de la NBA. Budenholzer y sus chicos aseguraron la primera plaza de la Conferencia Este, la más fuerte este año en cuanto a récords por la parte alta, ante uno de los posibles rivales en los playoffs.

Y eso que se le complicó pronto la cosa al equipo visitante. Un triple de Anteto dio paso a una gresca entre Eric Bledsoe y Joel Embiid en la que el primero volvió a demostrar que el segundo se sabe desenvolver bien en este tipo de situaciones: Bledsoe acabó expulsado y minó a los suyos, que no contaban con Snell, Mirotic, Gasol y Brogdon de por sí. Hasta el descanso dominaron, tampoco sin alharacas. La parte central de la pista era la protagonista, por ahí iba el caudal de puntos gracias a los uno contra uno y a las acciones de bloqueos para tiros en la salida de los mismos. George Hill, que no ha encontrado su pico de forma óptimo desde que salió de los Cavaliers, suplió perfectamente a Bledsoe junto a Sterling Brown, que cada vez juega mejor, y eso ayudó a su estrella, Giannis, a ejercer de catalizadores de un juego que esta vez lo fió menos al triple (lanzaron menos incluso que el rival).

Embiid podía con Lopez y Antetokounmpo podía con Simmons. No paraban de anotar, pero el griego tenía preparada una muy buena: después de que Embiid se reivindicara como el jugador más peligroso de la Liga y que el griego le respondiera que eso no se lo podía atribuir a él mismo, Giannis puso cinco tapones -uno de ellos, al camerunés y decisivo- para marcar el terreno. No fue sólo eso, fueron 45 puntos, 13 rebotes y 6 asistencias y 0 pérdidas, algo que nunca se había conseguido. El alero europeo va a récord por cada dos partidos y sigue dejando atónitos tanto a los que piden que sea el MVP como a los que optarían por dárselo a Harden. 

Los Sixers, de la mano de Scott, Redick y Harris, había logrado ponerse siete por encima en el último cuarto. Un parcial sideral en los últimos tres minutos, 1-14, con Anteto defendiendo más posiciones de las que debe abarcar, rompió al equipo local.

Joel Embiid cerró el partido con un triple-doble, convirtiéndose en el único jugador junto a Wilt Chamberlain en hacer más de uno con la camiseta de los 76ers. Fueron 34 puntos, 13 rebotes y 13 asistencias absolutamente estériles ante la exhibición de otro tótem de la NBA, mucho más hecho, que hace que los Bucks sean ya de forma matemática el mejor equipo de la temporada en su fase regular.