Un fantástico Elite 8, las finales regionales que deciden las plazas para la Final Four (la de 2019, en Minnesota el próximo fin de semana), ha bendecido a Virginia, hace un año el primer seed 1 que perdió en su estreno contra un seed 16 (UMBC) y a dos universidades que van a jugar las semifinales por primera vez en su historia, esa Texas Tech que llegará a la Final Four con una defensa absolutamente temible y Auburn, la universidad de Charles Barkley a la que ni el Gordo metió entre los cuatro mejores en su bracket. De hecho, solo un 0,5% de las quinielas de ESPN tenía en la Final Four a estas dos nuevas.

Texas Tech apagó el ataque explosivo de Gonzaga. Y los Tigers de Auburn (seed 5 de su cuadro) remataron su asalto a la realeza con la victoria ante Kentucky, que siguió a las logradas contra Kansas y North Carolina. Es decir, después de pasar las de Caín en primera ronda contra New Mexico State, han derrotado de forma consecutiva a las tres universidades con más victorias en la historia del torneo. Eso solo lo había hecho hasta ahora Arizona, en 1997. Y acabó proclamándose campeona. Ahora, Auburn jugará en Minnesota contra Virginia en un duelo con sabor a vieja escuela. Por nombres y por estilo.

La Kentucky de Calipari se estrelló ante un rival al que había ganado en sus dos partidos durante la temporada, el segundo de forma estruendosa (80-53). Pero desde entonces, Auburn ha ganado 12 partidos seguidos y ha demostrado una tremenda fortaleza, para remontar en las segundas partes y para sobreponerse a adversidades como la lesión de rodilla de Chuma Okeke, que apareció durante esta final de la Midwest, en Kansas City, para animar a sus compañeros. Que ni estuvieron tan brillantes desde la línea de tres como ante North Carolina, ni dominaron el rebote ni frenaron en la zona a PJ Washington (28 puntos, 13 rebotes). Se cargaron de faltas, fallaron 8 de sus 9 primeros tiros desde la línea de tres y perdían 22-11 en el ecuador del primer cuarto. Todo al revés de cualquier plan de juego que pudieran tener. Pero mostraron una determinación admirable, una dureza acorazada cuando las muñecas temblaron y las defensas pasaron a funcionar al puro asalto en los últimos minutos.

Primero, los Tigers cerraron el marcador (35-30 en contra pero que parecía muy beneficioso tal y como había la primera parte) antes del descanso, y después golpearon duro con Bryce Brown (17 de sus 24 puntos tras el descanso) metiendo tiros fundamentales y Jared Harper subiendo el ritmo y cogiendo temperatura para convertirse en el héroe de la noche: 5 asistencias y 26 puntos, la canasta que empató antes de la prórroga y 12 puntos en el tiempo extra, cuando Kentucky se quedó sin ideas y pagó su mal día desde el tiro libre (12/21). Las penetraciones de Harper dejaron la sorpresa lista (62-68) y ya Kentucky no tuvo más espíritu (71-77), desfondado en un partido en el que nunca jugó a su estilo después del descanso. Auburn es el superviviente de un Midwest que ha sido una escabechina, completó la sorpresa y estará en la Final Four. Una historia tremenda en un partido que fue, en el último día del mes, puro March Madness.