Un nuevo milagro salva a Zion y a Duke en el último segundo
Hasta tres tiros en los 9 segundos finales tuvo Virginia Tech para empatar o ganar el partido, el último solo debajo del aro. Duke se jugará su pase a la Final Four mañana ante Michigan St.
Hay jugadores que parece que nacen bendecidos, como si los dioses de su deporte estuviesen detrás de ellos para ayudarles en momentos clave de su carrera. A Zion Williamson, que tiene todos los recursos para convertirse dentro de unos años en historia del baloncesto, le está pasando justo eso. Porque sino es difícil de explicar cómo su equipo ha pasado las dos últimas rondas de este Marcha Madness que está siendo más loco para Duke que para ningún otro.
Otra vez un tiro de un rival sólo debajo del aro en el último segundo. Una situación que cualquiera firmaría para, en este caso mandar el partido a la prórroga (en segunda ronda UFC lo tuvo para ganar). Y los dos fallaron inexplicablemente. El otro día fue Aubrey Dawkins con un palmeo de los más sencillos que se encontrará en su carrera. Hoy fue Ahmed Hill, al que le llegó el balón de saque de fondo para hacer un alley oop sin resistencia después de zafarse de Zion con un buen amago previo. Otra vez el último segundo, otra vez el balón que se queda en el aro para no entrar. 75-73 para los de Krzyzewski, que siguen vivos en el torneo.
Hay que decir que Duke jugó bastante mal los últimos minutos de partido. A falta de tres Zion ponía a los suyos 7 arriba (73-66). Esa iba a ser la última canasta en juego que iban a meter. Desde entonces, dos tiros libres de Marquees Bolden a 1:20 para el 75-69. Pero ni con esas fueron capaces de cerrar un encuentro. Tre Jones, probablemente el mejor jugador anoche sobre el parqué (22 puntos, 8/14 en tiros y 5/7 en triples, 4 rebotes y 8 asistencias en 40 minutos), falló un tiro libre a 29 segundos dejando la ventaja de los suyos en dos puntos. A partir de ahí se les volvió a aparecer la Virgen a Duke.
Primero Hill tiró un triple que no tocó ni aro. Blackshear Jr. cogió el rebote ofensivo al borde de la línea, tanto que en la repetición no quedó claro del todo si pisó o no. Virginia Tech pidió tiempo muerto y a la vuelta fue Ty Outlaw quien se tiró otro airball desde la línea de tres. El balón se fue fuera tras rebotar en alguien que, tras la consulta de los árbitros se vio que era un jugador de Duke. Así que los de Virginia iban a tener una última opción con un 1,1 en el marcador. Lo demás ya sabemos: otro rival de Duke al que se le encogió la mano, milagrosamente para ellos.
Zion volvió a brillar, aunque sin dar un recital ofensivo tan completo como en las dos rondas anteriores. Esta vez se quedó en 23 puntos (11/14 en tiros), 6 rebotes y 3 tremendos tapones, quizá lo más espectacular de su partido. R.J. Barrett fue la tercera pata donde se apoyaron (18 puntos y 11 asistencias), aunque con la puntería totalmente desviada desde el perímetro (0/7). También notaron mucho la ausencia de Cam Reddish, que se perdió el primer partido de la temporada por problemas en la rodilla.
Mañana se ven las cara en el élite 8 ante Michigan St., que esta noche ha pasado por encima de LSU (número 3) como lo viene haciendo con todos sus rivales. Con cuatro jugadores en doble dígitos y con el número 2 en el ránking de la zona Este del cuadro, será el único 1 (Duke) vs 2 de todas las finales divisionales. Un reto mayúsculo para un equipo que está demostrando no ir tan sobrado como se podía esperar, pero que está teniendo la suerte de cara en los finales de partido. Y, claro, también a Zion Williamson. Y con esas dos cosas tocan la Final Four con la punta de los dedos.