Los Denver Nuggets quieren la primera plaza de la Conferencia Oeste. De momento siguen empatados en el primer puesto con los Warriors a falta de nueve partidos por jugarse y gracias a la victoria in extremis de esta noche ante los Detroit Pistons. Un triunfo con mucho más suspense del esperado después de la espectacular primera parte que hicieron los locales.

Con un primer cuarto demoledor (27-9) llegaron al descanso con una ventaja de 25 puntos que aumentó en los primeros compases del tercer cuarto. Hasta entonces Mason Plumlee (10+12+3) campaba a sus anchas por la zona y Jamal Murray (33+3+5) era el motor anotador del equipo. Ambos aprovechándose de la presencia de un Nikola Jokic (23+15) que a base de bloqueos y de atraer a rivales hacía la vida mucho más sencilla a sus compañeros.

Aunque el tercer periodo ya dejó ver un bajón de los Nuggets (15-23), nada hacía presagiar lo que pasó en el último. Los de Colorado se relajaron en exceso pensando que el trabajo estaba hecho y empezaron a atacar mal y a defender peor, perdiendo varios balones absurdos. Mike Malone tuvo que pedir varios tiempos muertos, visiblemente preocupado por lo que estaba viendo, pero ni con esas reaccionaba el equipo.

Blake Griffin (29+15+5) comenzó a carburar para él y para el resto. Andre Drummond (13+17+3+2+2) empezó a aprovecharse de ello y finalmente se unió Reggie Jackson (17+4+5) que con un triple puso el marcador en un solo punto de diferencia (93-92). Murray metió los dos tiros libres a falta de 9 segundos para poner los 3 puntos de diferencia. Los Pistons tenían el balón y la oportunidad de mandar el partido a la prórroga con un tiro de tres. La jugada estuvo bien ejecutada y acabó con Griffin liberado, pero el esférico dio en el aro, en el tablero por encima y acabó en las manos de un defensa.

Con esta derrota los de Detroit se meten en un buen lío. Ya sólo tienen una victoria de ventaja sobre el noveno puesto que ocupan unos Heat que anoche perdieron en casa ante los Magic, ahora octavos del Este. Los Hornets también ganaron y están a dos. Mucha igualdad, muy pocos partidos y cada vez más presión por entrar en playoffs.