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"Más descanso y más cerveza", claves en el regreso de Bogut

"Sería ideal un calendario con dos o tres partidos a la semana, con 82 por temporada no se juega duro en todos", asegura el pívot australiano.

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"Más descanso y más cerveza", claves en el regreso de Bogut
Soobum Im USA TODAY Sports

Era un secreto a voces que, y más tras la lesión de Damian Jones (cuyo rendimiento había sido en todo caso decepcionante), los Warriors buscaban pívot de cara a los playoffs. Tienen a DeMarcus Cousins, perfil alto y talento ofensivo, un lujo que tendrá sin duda sus momentos en las eliminatorias. Tienen, desde luego, los minutos como cinco de un Draymond Green cuya temporada ha sido irregular pero al que se espera en plenitud cuando llegue la hora de la verdad. Y tienen a Kevon Looney, una pieza muy útil por su tremenda capacidad defensiva. De hecho, es uno de los mejores interiores de la NBA a la hora de ajustar en las jugadas de pick and roll.

Pero buscaban una última pieza, una que diera unos minutos de centímetros, dureza, intimidación y bloqueos para los tiradores. Se pensó en Robin Lopez, pero no hubo buyout de los Bulls. Y, de pronto, apareció el nombre más improbable: Andrew Bogut. El australiano regresó y ya ha jugado cuatro partidos (3 victorias) con buenas sensaciones: más de 16 minutos, 6 puntos, 5 rebotes y 2 asistencias de media. Y la fácil adaptación de quien fue uno de los bastiones sobre los que los Warriors construyeron su dinastía, clave en la reformación defensiva que logró Mark Jackson y en los minutos con quintetos convencionales que usaba Steve Kerr. Campeón en 2015, su lesión en las Finales de 2016, en plena remontada de los Cavaliers, se demostró muy costosa para un equipo que después se hizo con Kevin Durant y para ello (cuestión de finanzas) tuvo que enviar a Bogut a Dallas Mavericks. Su rol lo ocupó durante dos temporadas Zaza Pachulia, un jugador de mucho menos nivel que el australiano, número 1 del draft en 2005 y traspasado a los Warriors en 2012.

Bogut no acabó su única temporada en los Mavs. Fue traspasado a los Sixers y cortado por estos antes de firmar con los Cavaliers, donde tenía la opción de vengarse de los Warriors. Pero sufrió una terrible lesión (fractura de tibia) cuando solo había disputado 56 segundos con el equipo de LeBron James. Después de pasar por los Lakers, se marchó a la Liga australiana, donde ha sido MVP con Sidney Kings: "No pensaba en volver a la NBA, de hecho firmé dos años sin cláusulas de salida ni nada. Pero hablé con mi mujer cuando surgió la opción de los Warriors y los dos sabíamos que me iba a arrepentir si no decía que sí. Así que aquí estoy, y ya les he dicho a los demás que no he venido para no ser campeón y que más les vale que ganemos", le dice a Ethan Strauss, de The Athletic.

Además del regreso a casa, es muy interesante ver como Bogut, con 34 años y después de una carrera llena de lesiones, ha recuperado el tono físico gracias al calendario mucho menos exigente de la competición australiana: "A veces solo jugaba un partido a la semana, o dos como mucho. Y los fines de semana. Eso obviamente da más tiempo para descansar pero también me ha permitido estar mucho más con mis hijos. Y he adalgazado jugando menos, curiosamente. Y añadiendo mucha más cerveza a mi dieta. Al final, llevas una vida más ordenada y te puedes cuidar más. En la NBA viajas constantemente, llegas a hoteles o a tu ciudad por la noche, a veces a la una o las dos de la mañana. Y generalmente no tiene más opción que comerte una cheeseburger en algún sitio que esté abierto. Y luego hay comida por todas partes. Se cuida tanto a los jugadores que es demasiado: en los vestuarios, antes de jugar, después... los jugadores acaban comiendo por comer. En Australia yo podía comer más sano y tomarme una o dos cervezas a la hora de cenar con mi familia".

En Australia, la temporada regular es de solo 28 partidos. Y Bogut ha podido ver lo ventajoso que es eso, aunque sabe también que es difícil que cambien las cosas en la NBA: "Por un lado los jugadores descansan más y lo dan todo en cada partido. Lo ideal sería una media de dos partidos y medio a la semana. Con una temporada de 82, no se juega duro todas las noches. Es así. Pero también es cierto que se gana tanto dinero por todos los partidos que se juegan. Con un calendario reducido tal vez bajarían también los salarios y entonces los jugadores se quejarían también...".