Otro desastre de los Thunder, que caen al octavo puesto del Oeste
Plagados de bajas, los Grizzlies fueron mucho mejores que los de OKC, que han perdido 12 de sus últimos 18 partidos. Westbrook, sin acierto.
Los Grizzlies han sido un equipo tremendamente competitivo (desde luego, por sensaciones) desde el traspaso de Marc Gasol. Soprendentemente competitivo. Incluso (el tanking es cosa de los despachos, no de los jugadores) con su pick de primera ronda en juego: tiene protección top 8 para no irse a Boston. Y ahora (30-44) son el octavo peor equipo de la NBA, precisamente. Incluso con una lista de bajas dantesca. Sin Mike Conley, su absoluta brújula, pero también sin Kyle Anderson, Dillon Brooks, Jaren Jackson, Avery Bradley, CJ Miles y Joakim Noah ganaron a los Thunder, y con solvencia (115-103) y están firmando un buen final de temporada, muy digno y con un nivel de energía muy saludable. Especialmente en su pista.
Reconocido eso, la derrota dejó una vez en paños menores a unos Thunder de juguete, con los que crecen las sospechas de que sus tremendos vaivanes tienen mucho que ver con el calendario: notablemente sencillo cuando rondaban el segundo puesto del Oeste, más duro ahora que llevan cinco derrotas en seis partidos y 12 en 18 y acaban de caer al octavo puesto del Oeste (43-31), cada vez más lejos (ahora a tres partidos y medio del factor cancha en primera ronda).
En Memphis, y después de muchos minutos sencillamente ridículos, los de un Billy Donovan que fue después muy autocrítico se vieron 73-55 en el tercer cuarto, y en medio de un tremendo naufragio de Russell Westbrook (por entonces 2/13 en tiros) antes de que el base protagonizara una tímida reacción que no llegó demasiado lejos: 86-78. Los Grizzlies pusieron la victoria a buen recaudo con un quinteto que parece una colección de soldados de fortuna que ha hecho click de la forma más improbable: 17+7+5 de Justin Holiday, 24+11 de Bruno Cabloco, 18+13 asistencias de Delon Wright, 21+8+5 de Tyler Dorsey y 18+14 de Jonas Valanciunas. Algunos como Dorsey y Cabloco están aprovechando al máximo la oportunidad caída del cielo, otros como Valanciunas y Holiday parecen nacidos para jugar en los Grizzlies, con cuyos valores deportivos tradicionales encajan a la perfección.
Pero todo eso no justifica que los Thunder ofrezcan un nivel tan malo como grupo, con tantos fallos y tan poca circulación de balón. Con un banquillo inexistente más allá de Schroder y un Westbrook sin brújula (al final 16+5+7). Steven Adams está a años luz de su nivel de los primeros meses de la temporada y Paul George (que acabó esta vez en 30 puntos con un 10/29 en tiros) del que le colocó en las conversaciones sobre el MVP. Los de OKC son un equipo tremendamente racheado, que alterna subidas y bajadas tremendas y no pocas veces sin un patrón claro. Pero algunos temen que esta vez las debilidades que asoman, justo a la puerta de los playoffs, sean totalmente reales. Nadie en el top 8 del Oeste, por cierto, ha perdido tantos partidos en la Conferencia (25-22 ahora).