Klay, Kemba, Beal y Towns se juegan casi 300 millones los Mejores Quintetos de la NBA
El voto de 100 periodistas decide los tres Mejores Quintetos de la temporada NBA. Algunos jugadores están especialmente atentos...
Se acercan los premios de final de temporada y, con acierto, Brian Windhorst (ESPN) pone el foco sobre la elección de los tres quintetos All NBA, los tres mejores quintetos de la temporada, seleccionados por un panel de 100 periodistas elegidos por la NBA y que aunque no tienen la relevancia de otros galardones (MVP, Rookie del Año, Mejor Defensor...) han cobrado una importancia capital para las finanzas de jugadores y franquicias desde que el convenio les dio poder de decisión sobre los millones que se pueden acabar llevando los jugadores. Hasta tal punto que es posible que los equipos no quieran que uno de sus jugadores reciba este reconocimiento o que se desconfíe de los periodistas elegidos para votar...
Porque este año, por ejemplo, Klay Thompson, Kemba Walker, Bradley Beal y Karl-Anthony Towns se juegan un baile de millones que puede llegar, entre los cuatro, a unos 274 millones de dólares. La razón es que ingresar en esos quintetos es uno de los factores que permite a un jugador firmar el contrato súper máximo con el equipo por el que fue drafteado. O aumentar las cantidades de una extensión ya firmada. Anthony Davis hace tres años perdió 23 millones porque las lesiones le dejaron fuera de esos quintetos en los que sí había entrado el anterior (2015) y entró los dos siguientes (2017 y 2018). Las tres veces además estuvo en el Mejor Quinteto, el primero. Su caso, por lo tanto, es especialmente sangrante.
Algunos de los agentes libres de cara al verano, como Kyrie Irving, fueron traspasado por el equipo que les seleccionó en el draft, así que no entran en estas cuentas. El base de los Celtics parece que estará seguro en los dos mejores equipos junto a, en principio, James Harden, Stephen Curry y Damian Lillard. Así que las cuatro plazas de backcourt de esos dos quintetos parecen casi sentenciadas. Quedaría un tercero con dos plazas en las que podrían estar Klay, Kemba y Beal pero también Ben Simmons, Russell Westbrook, Jimmy Butler, Jrue Holiday...
Si Kemba, que fue titular en el All Star de Charlotte y que acaba contrato con los Hornets, entra finalmente también en los All NBA teams, podría firmar con la franquicia de Carolina un nuevo contrato de cinco años y unos 220 millones. Si no lo hace, los Hornets podrían ofrecerle como maximo 190 millones por esos cinco años. Fuera de Charlotte podría llegar a cuatro años y 140. De ahí una diferencia máxima de 80 millones totales (entre 220 y 140), creada para intentar favorecer la continuidad de las estrellas en sus equipos de cuna.
El caso de Klay es similar, con el añadido de que los Warriors estarían en principio todavía más interesados que los Hornets en que Klay no acabe en ese Tercer Quinteto. Stephen Curry ya juega bajo esa extensión súper y un contrato similar para Klay, cuya continuidad es prioridad para unos Warriors que tienen una todavía mayor en el caso Kevin Durant, les metería en cifras bestiales en pago de impuesto de lujo.
Bradley Beal tiene todavía otras dos temporadas de contrato, pero en caso de que quisiera firmar una extensión con los Wizards sin esperar a ser agente libre en 2021, esta podría llegar a 194 millones por cuatro años si es All NBA y solo a 111 por tres si no lo es. Otra vez, más de 80 millones de diferencia para un jugador que está al mejor nivel de toda su carrera en una temporada perdida para su franquicia.
Karl-Anthony Towns, por su parte, también tiene por delante a dos que parecen seguros en los dos primeros quintetos como pívots (Nikola Jokic y Joel Embiid) y peleará por el tercero con los Gobert, Drummond y compañía. En un caso similar al citado de Davis, como ya firmó su extensión en otoño, esta tiene la opción (por la llamada provisión Derrick Rose) de aumentar 31 millones de dólares a lo que fueron 190 millones por cinco años. En total y en definitiva, muchísimo dinero en manos de la decisión de cien periodistas, lo que conduce a esa extraña y ya citada paradoja: los equipos, en algunos casos, con los dedos cruzados para que sus jugadores se queden sin un premio de final de temporada...