Los Suns asustan a los Rockets pero Harden decide (41+9+11+6)
Buen partido de los de Arizona ante unos Rockets sin Chris Paul, sin puntería y con D'Antoni enfadado. Harden, decisivo otra vez.
Después de no parecer ni siquiera un equipo NBA durante muchos momentos de la primera parte de la temporada, los Suns están cerrando el curso, más allá de su balance (16-54) con sensaciones muy mejoradas y un pequeño anuncio de lo que puede ser el embrión de su crecimiento, con la opción de sumar un fenómeno como Zion Williamson o al ansiado base (Ja Morant) en el próximo draft. En Houston, aunque perdieron (108-102), compitieron pese a la ausencia de Tyler Johnson y dieron un buen susto a unos Rockets con los que Mike D’Antoni acabó muy enfadado. Son diez victorias en once partidos, un tramo en el que solo han perdido contra los Warriors, pero en los últimos el equipo ha bajado sus niveles de concentración y eso le está costando sufrimientos excesivos e innecesarios.
Y ese fue el caso. Sin Chris Paul, los Rockets fueron casi siempre por detrás, llegaron 83-85 al último cuarto y 86-89 a los últimos nueve minutos. Después de un par de triples de Eric Gordon, y en los últimos seis, James Harden anotó 13 de los 16 puntos que sumaron los Rockets, los tres restantes con un triple crucial de Danuel House Jr dos días después de su regreso al equipo. Sumó 4 en total (18 puntos) y demostró su valor, muñeca y físico atrás, para la rotación de unos Rockets que necesitaron defender (25-17 el último cuarto) y pelear por cada rebote para evitar la sorpresa de unos Suns que murieron con dos fallos desde el tiro libre de Josh Jackson tras una pérdida de Harden. Quedaban 25 segundos y el marcador estaba en 105-102. Si les quedaba una última bala, ahí se fue al limbo.
Harden tuvo que exprimirse otra vez: más de 42 minutos. Firmó una hoja estadística impresionante, otra vez: 41 puntos, 9 rebotes, 11 asitencias, 6 robos y 3 tapones. Y estuvo mal en el triple, otra vez: 3/11 y 14/58 en los cinco últimos partidos. Entre Booker (29+5+7), Oubre (22) y DeAndre Ayton (17+14) amenazaron lo suficiente para provocar el enfado de D’Antoni. Su equipo se quedó en un 11/40 en un triples que le convirtió en vulgar, vulnerable. Pero finalmente encontró la forma de ganar y eso, desde luego, también tiene su valor.