Por si hacía falta una confirmación oficiosa de lo que era visible en los últimos días, por números y por sensaciones, esta jornada pareció aportarla: perdieron los Kings y ganaron Clippers y Spurs. Y, sin emoción ni drama, los playoffs del Oeste están cerrados salvo cataclismo y a falta del posicionamiento final. Con Warriors, Nuggets, Rockets, Blazers Thunder, Spurs, Jazz y Clippers. Menos revolución de la que llegó a parecer que podía haber, muchísima menos batalla de la esperada. Por desgracia.

Los Spurs, que parecieron en peligro tras la peor gira del rodeo de siempre (1-7 en ocho partidos), han apuntalado desde entonces su presencia en unos playoffs que no se pierden desde 1997. Y lo han hecho tras ganar sin despeinarse a los Knicks (109-83) en su pista, donde acumulan nueve triunfos consecutivos y 16 en 18 partidos. Curioso: 27-7 en casa 13-22 a domicilio para los de Popovich, que recordaban su desastrosa derrota en Nueva York (130-118) ante el peor equipo de la temporada (13-56) y que se tomaron cumplida venganza desde la defensa y con un partido sencillamente eficiente y seis jugadores en 12 puntos o más (y ninguno en 20: 18 de LaMarcus Aldridge).

Mucha más historia tuvo el partido del Staples, donde los Clippers cerraron se sexto triunfo en siete partidos (128-121) ante unos Bulls (19-51) que mandaron en el primer tiempo (57-63) y se vieron después fulminados en un tercer cuarto espectacular de los angelinos: 45-21 hasta un 102-84. En esos doce minutos de vendaval firmaron un 16/24 en tiros, un 5/8 en triples y sumaron 6 robos con 7 pérdidas forzadas a unos Bulls paralizados. Gallinari acumuló ahí 12 de sus 27 puntos, Shamet anotó sus tres triples y un bloqueo ilegal muy duro de Harrell (que se fue a 26 puntos) acabó con los dos entrenadores, Doc Rivers y Jim Boylen, expulsados en una absolutamente inusual.

Spurs y Clippers no solo han mandado ya muy lejos a los Kings sino que miran hacia más arriba. Los texanos son sextos, con medio partido de ventaja de unos Jazz en empate técnico con los angelinos. Incluso los Thunder no andan demasiado lejos (+2 sobre los Spurs) después de seis derrotas en diez partidos que les han mandado al quinto puesto, a medio partido de los Blazers (42-26) después del triunfo de los de Oregón en Nueva Orleans (110-122).

Los Pelicans, sin Anthony Davis ni Jrue Holiday, no son desde luego el equipo que arrasó a los Blazers en la primera ronda de los últimos playoffs. Ahora verán (30-41) por televisión las eliminatorias de una temporada en la que nada fue como habían soñado y que está suponiendo una lánguida y desde luego muy larga despedida de la muy fallida era Davis. Sin sus dos estrellas, los de Gentry consiguieron llegar por delante al descanso (57-56) y estaban vivos en el ecuador del último cuarto (99-102) antes de que les acribillaran los triples de un rival liderado por Damian Lillard, que con 24 se colocó como segundo máximo anotador (12.584) de la historia de la franquicia, ya por delante de LaMarcus Aldridge y todavía lejos de los 18.040 puntos del legendario Clyde Drexler. La resistencia local la armaron entre Julius Randle (45+11+6) y un Elfrid Payton (14+12+16) que lleva trestr iples-dobles seguidos.

Los Hornets dan la puntilla a los Wizards

En la Conferencia Este, los Hornets dieron (110-116) la puntilla a las escasas opciones de playoffs de los Wizards de Bradley Beal (40+5+5). Con Kemba Walker (28 puntos), Jerremy Lamb (18) y Tony Parker (16) como ejecutores, los de Carolina han ganado dos veces en una semana al rival más débil en la penosa lucha por el octavo puesto del Este, que curiosamente atañe a cuatro equipos de la exageradamente débil Southeast: Heat (32-36), Magic (32-28), Hornets (31-37) y Wizards (29-40). A cuatro partidos ya, estos últimos están virtualmente fuera. Los Heat tienen ahora solo uno de ventaja sobre Magic y Hornets. El que menos falle, estará en playoffs.