EUROLIGA | KHIMKI 75 - MADRID 100

El Madrid mete 100 en Moscú y asegura ya el factor cancha

Los blancos tendrán la ventaja de pista en el playoff de cuartos aunque pierdan los cuatro partidos que les restan. Se pasearon ante el Khimki con exhibición de Causeur (22 puntos).

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El año pasado por estas fechas el Madrid sumaba cuatro triunfos menos y debía ganarlo casi todo para llegar al playoff con la ventaja de cancha. No lo consiguió y, ya en plena eliminatoria de cuartos, tuvo que apelar a la heroica después de que un tendero griego les dijera que habían jugado como gallinas en el inicio de la serie ante el Panathinaikos. Del 1-0 al 1-3 y billete a la Final Four. No sabemos qué pasará esta temporada, pero sí que el Real llegará al cruce sin agobios de última hora, con los deberes hechos. Aunque pierda los cuatro partidos que le restan, acabará entre los cuatro primeros y tendrá la ventaja de cancha en el playoff. Si mira hacia arriba, aún puede alcanzar el segundo puesto e incluso el liderato.

Se ha asegurado el factor pista tras pasearse este jueves en Moscú, donde anotó 100 puntos en Europa por segunda vez seguida (y por quinta en la temporada, incluida la ACB) y llevó al Khimki a su peor derrota en casa en la historia de la Euroliga (dato de Mr. Chip). Minimizó a Shved, que terminó con 21 tantos pero con un flojo 5 de 14 en tiros de campo, 4 pérdidas y solo dos asistencias; mientras, un entonado Causeur era el anverso de la moneda. Aprovechó cada balón sin abusar del bote y cerró su exhibición ofensiva con 22 puntos y 4 de 5 de tres.

La diferencia en el rebote fue por momentos propia de una categoría no profesional (24 a 48). De los 28 rechaces que hubo bajo el aro de los de Kurtinaitis, 15 los agarraron los blancos. Más del 50%, insólito. Solo las 17 pérdidas de los de Laso impidieron que la magnitud de la paliza subiera en la escala. Thompkins volvió, casi mes y medio después de sufrir una lesión muscular en Málaga, con la clase de siempre y 11 puntitos aunque sin tino en el triple (1 de 4).

Ritmo creciente y Shved, minimizado

El Madrid jugó alegre de salida (no se desmelenaba pero el timón era suyo, de Llull), aceleró con suavidad en el inicio del segundo cuarto con Causeur, Rudy y Ayón y más fuerte antes del descanso: parcial de 0-8 entre Deck y un Campazzo (9 asistencias) que acumuló cuatro tantos en los ocho segundos finales: 38-51. En la reanudación, Malcolm Thomas seguía como el tipo más efectivo y currante del Khimki. No paraba de sumar, también personales. Su compañero Shved, en cambio, era la estrella del rock en una gira veraniega con poca autoexigencia. Pasaba de un detalle de calidad a dar la nota por su pasividad atrás o por un fallo grotesco (forzado por la defensa rival). Embocó tres tiros libres tras la cuarta falta de Taylor y trajo esperanza a los suyos por última vez: 50-58, minuto 25.

El latigazo blanco lo quebró todo: 0-17 para colocar un +25 (50-75 y luego 70-96). Tavares imponía la ley del más grande, Causeur seguía fino, Thompkins asomaba y Rudy acertaba (mucho: 5 de 8 de tres) y creaba (5 pases letales). Esperaban más buenos momentos de Deck y tres minutos de Yusta, que dejó a Prepelic fuera de la lista de doce. El canterano puso el 100 en el marcador con un tiro libre después de encestar un triple en una jugada que dio otra dimensión al pase extra.

Ayón se marchó a los vestuarios con una cojera evidente. La segunda parte la pasó en el banquillo descalzo y con una bolsa de hielo en el tobillo izquierdo. La nota negativa de una actuación muy seria del Madrid, que remonta el vuelo cuando se acerca lo gordo (26 asistencias, 14 de 29 en triples y 142 de valoración). Y todo en el partido 341 de Felipe Reyes en la Euroliga. El Capitán caza a Navarro.