EUROLIGA | MADRID 101- FENERBAHÇE 86
El Madrid pasa la prueba del algodón y destroza al líder
Los blancos, con Llull y Tavares conectados y Randolph muy brillante, rompen al Fenerbahçe en la segunda parte. La mejor versión de los de Laso en meses para anotar 101 puntos.
La derrota en la final de Copa y el posterior tropiezo inapelable ante el Barça en el Palau, en unos días de furia para el club, habían generado cierta desazón también en el baloncesto. Hubo reacción el domingo en Andorra, pero no era suficiente, había que esperar a este jueves, al Fenerbahçe de Obradovic, el mejor líder europeo desde que se instauró el nuevo formato de competición, para pasar la prueba del algodón. La guata salió impoluta después de 40 minutos de un juego vertiginoso, de ir arriba y abajo. Puro ritmo, el que le metió al duelo Sergio Llull (17 puntos, 10 asistencias y 25 de valoración).
Batalla grande de mariscales frente a Sloukas. El peso de la defensa del griego, eso sí, corrió a cargo de Causeur, como en la Final Four. Vimos la mejor versión del base menorquín desde su lesión, o ahí le andará. Anotó y… dirigió. El tempo fue suyo desde mediado el primer cuarto, aunque no fue hasta el tercero cuando hizo que todo saltara por los aires en magnífica conexión con Tavares (tres tapones entonces del pívot) y con dos triplazos de propina a la carrera, el segundo con tiro libre adicional. Poco después, 81-61. “Llull en un mal día puede ser decisivo”, comentaba Obradovic en la previa. Y en uno bueno… eleva a su equipo a otra dimensión: por primera vez un conjunto de Obradovic cae en la Copa de Europa tras encajar 101 puntos sin disputar una prórroga.
Deck, magnífico frente a Datome y Kalinic
Una exhibición individual y colectiva (29 asistencias y 135 de valoración, sus récords de la temporada). Una catarsis general y un pasar página de verdad de todo el grupo. “Esta semana hemos subido nuestro nivel de dureza en los entrenamientos, era lo que necesitábamos”, había vaticinado Ayón, buen conocedor de su Madrid. Los focos también apuntaron a un Randolph desatado. De infalible a humano con el trascurso de los minutos, a un nivel enorme de cualquier modo (21 tantos y 25 créditos). Y a Deck, eficaz al poste, en penetración y con sus cortes; fantástico atrás frente a Datome y Kalinic.
Los dos maestros de los banquillos seguro que tendrán sus objeciones, pero la primera parte no hubiera salido mejor ni dibujada con tiralíneas. Ritmo, acierto, pase, estética… Primero cargó el Fenerbahçe con su paciente juego de pase, que obliga a una tremenda concentración y que bien ejecutado maximiza cada posesión. Los equipos de Zeljko defienden duro (siempre hay días, claro), ese es el lugar común del baloncesto europeo; sin embargo, no hay otro bloque en esta Euroliga que saque más partido de cada balón en ataque. Todo eso le llevó a ponerse muy arriba: 10-19.
Tiempo muerto blanco y examen de conciencia. La respuesta, tan rápida como demoledora. En apenas siete minutos, parcial de 24-6, algo impropio del actual líder y más habitual del Madrid volador, el que había extraviado las alas en las últimas semanas. Del -9 al +9 (34-25) y al +7 del descanso (52-45).
Obradovic reclamaba defensa a los suyos en la reanudación, la vimos durante tres minutos, lo que tardó el Real en hallar el aro. Lo hizo Causeur. La pareja Llull-Tavares estaba a punto de dinamitarlo todo. Una explosión que tumbó de sopetón al líder, un subidón de confianza y el factor pista en cuartos casi en el bolsillo.