Primeras dudas en los Warriors con Cousins: "Es frustrante"
Ha bajado su nivel después de las buenas sensaciones tras su regreso. Los rivales explotan cuando está en pista su debilidad defensiva.
Los Warriors pasaron por su mejor momento de la temporada antes del All Star Weekend pero llegaron al parón con un batacazo en Portland, donde se hundieron en el último cuarto. Después de la fiesta de Charlotte, los de Steve Kerr ganaron con unos apuros enormes a los Kings y perdieron con estrépito contra unos Rockets sin James Harden. Los dos partidos en el Oracle y con el equipo lejos de su mejor nivel: en defensa, en ataque, en actitud y en esfuerzo colectivo.
Algunas voces colocan ya como problema principal de este mal momento a DeMarcus Cousins, en la primera situación en la que es evidente que encajar al pívot no va a ser tan fácil como pareció en los primeros partidos tras su debut, el 18 de enero. El equipo puso el máximo empeño en integrar a un Cousins que apareció metiendo triples y aprovechando en el poste la atención que sus compañeros exigen a la defensa rival. Pero poco a poco, Cousins ha ido a menos, con el físico todavía entre algodones tras su grave lesión, molesto con algunas sustituciones y con sus estancias en el banquillo durante los minutos decisivos de los partidos y con el equipo demasiado empeñado (se vio en el arranque ante los Rockets) en darle balones de inicio incluso cuando ese plan no está funcionando.
En sus últimos cinco partidos, Cousins tienen un -41 total en pista (-17 ante los Rockets). El quinteto inicial Curry-Thompson-Durant-Green-Cousins arrancó con un +35 en sus dos primeros partidos y acumula desde entonces un -36. Cousins promedia 14,1 puntos, 7,6 rebotes y 3,5 asistencias pero su porcentaje de tiro ha bajado hasta un 42%, apenas un 29% en triples. Además, pierde 2,4 balones y promedia también 3,8 faltas en apenas 23,8 minutos en pista. Lleva, con la camiseta de los Warriors, 60 canastas por 49 faltas personales. En los siete partidos que ha jugado en febrero, el pívot está en 14,3 puntos y 8,4 rebotes pero también en un 39% en tiros, 20% en triples, 2,7 pérdidas y 3,4 faltas.
También se le han señalado cinco técnicas y han quedado en evidencia sus problemas en defensa, atacado constantemente por los rivales en el pick and roll, lento para quedarse con los exteriores pero también para recuperar de vuelta al aro, donde Kerr cree que debería ser menos vulnerable. Hasta ahora, eso solo le ha supuesto sumar más faltas o permitir demasiados tiros de media distancia. Él mismo es consciente de sus actuales limitaciones más allá de que nunca ha sido un excelente defensor: "En este proceso va a haber días buenos y días malos y yo ahora estoy en los malos. Es frustrante, es obvio que ahora me están buscando los rivales en el pick and roll. Tengo que estar más preparado y tengo que hacer menos faltas. Nadie va a apiadarse de mí en esta liga, no puedo poner excusas pero esto forma parte del proceso en el que estoy".
Steve Kerr, desde luego un tipo tranquilo, asegura que todo irá cuadrando de la forma conveniente, pero Cousins tiene que encajar sus minutos en el banquillo, otro problema en ciernes en cuanto las restricciones post lesión fueron desapareciendo. Los Warriors, al fin y al cabo, son un equipo verdaderamente imparable cuando juegan con su quinteto de la muerte, con Green como pívot e Iguodala haciendo de pegamento junto a Curry, Klay y Durant. Y además, Kevon Looney ofrece muchas más garantías que DeMarcus como defensor del pick and roll, algo en lo que de hecho es un verdadero especialista.
Cousins, desde luego, tiene que producir en ataque con más eficiencia para que se vea todo lo que puede dar y a lo que ni por asomo se aproxima en ataque, es también obvio, Looney. Y tiene que gestionar la frustración de estos malos momentos a las puertas de un verano en el que será agente libre y al que, tras una lesión como la que ha sufrido, no sería bueno para él llegar transmitiendo la sensación de que le ha costado aceptar su rol en estos Warriors que son, o eso pretenden demostrar con el threepeat, el mejor equipo de la historia. De momento, la euforia que siguió a su regreso se ha disipado en la Bahía, donde saben que en las manos de Cousins, y más sin una rotación interior demasiado estable, está la diferencia entre ser imparables o arrastrar una debilidad que les puede dar problemas en playoffs. Cousins, eso sí, trata por ahora de airear una actitud netamente positiva: "Al final de cada tormenta hay un arcoiris".