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CRISIS EN L.A.

LeBron James se vuelve hacia sus compañeros en los Lakers: "Aquí se han acostumbrado a perder..."

"Sabía que iba a ser un reto por la falta de experiencia del grupo", dice tras una derrota en Nueva Orleans que aleja al equipo de los playoffs.

LeBron James se vuelve hacia sus compañeros en los Lakers: "Aquí se han acostumbrado a perder..."
Harry HowAFP

Cuando ya había arrancado camino del aeropuerto de Nueva Orleans, el autobús de los Lakers tuvo que detenerse y dar la vuelta: se había dejado en tierra a Luke Walton. La metáfora facilona sale sola, pero lo cierto es que las cosas en los Lakers van de mal en peor. Vale el símil del bus, pero valdría el del tren si se refiere a unos playoffs que se escapan, y que en el Oeste van a toda velocidad y no esperan a nadie: en 29-30, los angelinos están a dos partidos de los Kings (novenos) y a tres y medio de Clippers y Spurs. En Nueva Orleans perdieron (no solo lo perdieron: fueron avasallados) uno de esos encuentros que (con Anthony Davis vestido de calle) tendrían que ganar si quieren estar en las eliminatorias por primera vez en seis años.

Décimo del Oeste, sin defensa desde la lesión de Lonzo Ball y con los jóvenes creciendo y esforzándose pero los veteranos (Rondo, Stephenson, McGee...) dando un cante tremendo, el modo playoffs que activó LeBron James ante los Rockets se quedó en nada en cuanto el equipo puso el pie fuera del Staples. Derrotas incomprensibles tras victorias importantes: otro asunto recurrente durante una temporada que ha virado hacia la pesadilla en los ya casi dos últimos meses. Las lesiones han golpeado sin cesar a un equipo que necesitaba que todo fuera bien para cuajar, primero, y competir con garantías finalmente.

Total, que LeBron se enfrenta al abismo, con muchas opciones de quedarse sin playoffs (solo le ha pasado en sus dos primeras temporadas) después de trece años, ocho de ellos seguidos en las Finales. ¿Cómo se ha llegado hasta ahí? Por una serie de problemas que incluyen la pésima gestión del asunto Anthony Davis, la falta de confianza del entorno del propio LeBron y de Magic Johnson en un Luke Walton también muy desdibujado...

Así que LeBron quizá no ha activado del todo el modo playoffs, pero sí ha puesto en marcha el modo búsqueda de culpables. Y tras la derrota ante los Pelicans se refirió a sus compañeros de vestuario: "¿Cuántos saben lo que hay en juego si nunca se han visto en algo así? Voy a hacer de abogado del diablo, porque quienes no saben lo que exige algo así pueden tener miedo a estar incómodos. Y tienes que estar cómodo con esa sensación de incomodidad. No digo que estemos ahí, pero a veces parece que nos preocupa salir de la zona de confort. Hay que tener esa certeza desde el salto inicial, jugar sin miedo a intentarlo y fracasar. ¿Qué quedan, 23 partidos? Vamos a ver lo que pasa".

LeBron ha jugado 239 partidos de playoffs en su carrera. El resto de la plantilla de los Lakers, 269 en total. Y los jóvenes (Ingram, Kuzma, Hart, el lesionado Rondo...) todavía no se han estrenado en las eliminatorias: "En los últimos años todo el mundo se ha acostumbrado a perder y yo no estoy acostumbrado a eso. Y nunca me voy a acostumbrar, me sentí igual perdiendo el primer partido, en casa ante los Rockets, que este número 59 ante los Pelicans. Así es como soy. Sabía que esto iba a ser un reto aunque solo fuera por la poca experiencia que había en la plantilla. Pero creo que podemos jugar mejor al baloncesto. Y lo hicimos, y es una pena que llegara mi lesión, luego la de Lonzo y todas las demás que hemos sufrido. Valoro tanto la química, la camaradería que con tantas lesiones... es algo que se ha cobrado un enorme precio en el equipo. Espero que recuperemos pronto a Lonzo, y espero que empecemos a jugar un poco mejor también".

Ese es el reto porque el tiempo se acaba. Lo siguiente, los Grizzlies en Memphis. Después, otra vez los Pelicans, esta vez en L.A. Dos partidos que los Lakers tienen que ganar como sea para no verse todavía más descolgados mientras las noticias que llegan sobre Lonzo, cuya importancia está quedando ahora perfectamente en evidencia, no son positivas y, cuando ya lleva casi cinco semanas de baja, no tiene fecha de regreso ni ha podido todavía entrenar con el equipo.