'Venganza' de los Pelicans sin Davis ante unos Pésimos Lakers
Los Lakers se empiezan a quedar sin margen de error en el Oeste tras otra derrota horrenda ante unos Pelicans mucho más eficaces.
Hace tiempo ya que las victorias de los Lakers (contra Celtics, Rockets...) parecen milagros y las derrotas, cuestión de lógica. Hace tiempo que pareció que Luke Walton no es el culpable de la mayoría de los males pero tampoco ha sido la solución para ninguno y que las lesiones han estropeado drásticamente una temporada en la que todo estaba tan cogido con alfileres que o iba perfecto... o no iba. Los Pelicans dieron "descanso" a Anthony Davis, precisamente ante los angelinos, y desataron todo tipo de comentarios antes de un partido en el que los de Louisiana venían en back to back tras jugar en Indiana y los Lakers habían, supuestamente, activado el "modo playoffs". Al final, agua: paliza de los Pelicans (128-115) a unos Lakers sin defensa, literalmente, y con el octavo puesto a, ahora, tres partidos y medio. Con el calendario en un mano y las sensaciones en la otra, empieza a ser una cuestión de fe.
Los Pelicans, por cierto, ya hicieron un esfuerzo tremendo y jugaron un partidazo antes del parón del All Star ante los Thunder. Y ganaron... también sin Anthony Davis. Con él, perdieron en Indiana. El equipo tira de orgullo y su equipo de redes sociales, de sorna: "triunfo de buena fe" era su titular en Twitter, en referencia a las palabras ("los Pelicans no actuaron de buena fe") de Magic Johnson tras la no salida de Davis en el cierre de mercado. Los Lakers, ahora mismo, sirven para subirle el ánimo y sacarle brillo al próposito de cualquiera. Sin defensa, sin ataque en estático, acumulando pérdidas y triples fallados y con unas rotaciones incomprensibles de Luke Walton. Eso no ha servido para ganar dos partidos seguidos desde el el 18 de enero. Precisamente, y no es casualidad, desde que se lesionó un Lonzo Ball todavía sin fecha de regreso. Ese ritmo, 4-9 desde entonces, no daría para jugar los playoffs del Este. Del Oeste, mejor ni hablar.
Jrue Holiday (27 puntos, 7 asistencias) abusó de un Rajon Rondo horrendo, cuyas actuaciones en defensa quitan cualquier utilidad a sus minutos en pista. Pero Walton se empeña en veteranos como él y Lance Stephenson, tal vez porque siente que no tiene otra cosa. Brandon Ingram jugó solo 26 minutos porque se cargó de faltas pero anotó 29 puntos, Kuzma terminó con 16, 8 rebotes y 7 asistencias y LeBron James con 27+7+12. El problema no fue él, que va a más físicamente tras su convalecencia, ni los jóvenes. Fue todo: el bloque, los roles, el plan. Todo lo que se vino a abajo con la sucesión de lesiones y quedó todavía más herido con el sainete Davis. Todo lo que no puede controlar, ni en situación de extrema necesidad, a jugadores como Ian Clark (17 puntos), Elfrid Payton (14 y 9 asistencias) y Cheick Diallo (18+10). No digamos a un ex de la casa como Julius Randle (24+5 asistencias), uno de los que han ido saliendo de un proyecto que es, por ahora, cualquier cosa menos un proyecto.
Los Pelicans se dieron un gustazo, que nunca viene mal, ante un rival al que identificaron como la causa de sus males con Anthony Davis cuando ha sido, como mucho, la culminación de todos ellos. Un rival que agota días en una pésima segunda mitad de temporada y que, entre unas cosas y otras, va camino de conseguir que veamos unos playoffs sin LeBron James. Lo impensable hace o tanto, lo lógico ahora mismo.