Un "gracias" eterno a los héroes de las Ventanas
La Selección cierra la fase de clasificación en Tenerife ante Turquía. En ella han partiicipado 27 jugadores internacionales y aún podrían debutar Pere Tomàs y Albert Ventura.
Un "gracias" enorme debería colgar hoy de alguna pancarta del Santiago Martín de La Laguna. La Selección de las Ventanas termina esta tarde (19:30 hora peninsular, BeMad) contra Turquía su viaje de clasificación hacia el Mundial de China, que aseguró precisamente en Tenerife contra Ucrania. Un "gracias" eterno por haber solucionado una situación concreta de crisis que amenazaba la estabilidad del baloncesto español. Un "gracias" sincero al más joven, Carlos Alocén, que debutó con 18 años y un mes en Riga hace tres días, y al más veterano, ese Albert Oliver que se puso por primera vez la camiseta nacional con casi 40 años cuando el presidente de la FEB, Jorge Garbajosa, cogió el mando de las operaciones y fue llamando jugador por jugador para contarles crudamente el escenario. Si hizo falta, como en el caso de Fran Vázquez, hasta pellizcó lo sentimental: "¿No quieres que Aitor te vea jugar para España antes de que te retires?". Aquella enorme comunión de Burgos en ese ya lejano noviembre de 2017, que hizo saltar las lágrimas de Scariolo y decir "gracias" a tipos que ya habían vivido de todo como Sergi Vidal, fue la confirmación de estar ante una experiencia que de traumática pasó a fantástica.
Una demostración del compromiso con el baloncesto español de los jugadores más anónimos. Hasta 27, que podrían ser 29 si debutan Pere Tomàs y Ventura, han participado en la aventura. El liderazgo de Sergi Vidal o Fran Vázquez, la reivindicación de Quino Colom (el único jugador que ha estado en todos los partidos junto al gladiador Sebas Saiz) y la aparición de nuevas figuras como Jaime Fernández, Oriol Paulí y Darío Brizuela.
Lo que empezó como un marrón inmenso ha virado en la consolidación de una cultura de Selección de Ventanas. Lejos de verse como segundo plato, el grupo dirigido por Scariolo, que sentó las bases de esta historia en Benahavís en julio de 2017, ha dado una lección de valores y ha fortalecido ese concepto arriesgado, familia, que la FEB es consciente que debe saber cuidar.
España llega, por tanto, a darse un baño de reconocimiento en Tenerife. Pero también a ganar. Ha liderado el grupo desde el primer partido y quiere terminar así. También vengar su derrota en Ankara. Habrá minutos para la gente de casa (San Miguel, Beirán, Saiz) y los jugadores dejarán la nave justo donde les pidió Scariolo hace casi año y medio. En el Shenzen Bay Arena, donde el día 16 de marzo (10:30 hora española) se sortea el Mundial. Llegará entonces el momento de otro grupo al que también se le deben grandes días de gloria. Pero este trabajo de trincheras no debe quedar en el olvido.