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Antoni Daimiel: "Lamento que el Clásico de Copa acabara así"

Desde hace 23 años Antoni Daimiel pasa las noches viendo y contando la NBA. Atiende a As en Movistar+ para hablar del All Star, Doncic y la Copa. La charla acaba con el recuerdo a Andrés Montes.

Antoni Daimiel: "Lamento que el Clásico de Copa acabara así"
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¡Vuelve del All Star!

Sí. Mi decimosexto en Estados Unidos. Luego he hecho otros en directo desde aquí. Es la fiesta de la NBA. Este año en Charlotte, una ciudad con mucha tradición de baloncesto.

¿Con cuál se queda?

El primero marcó como experiencia personal. San Antonio, 1996. Y luego el de Nueva York en 1997. Por razones deportivas recuerdo Oakland, año 2000, por el concurso de mates de Vince Carter, Tracy McGrady y Steve Francis. El último de Jordan como jugador en 2003 fue fantástico. Y 2006, Houston: el primero de Pau Gasol.

¿Cómo se tomaba Michael Jordan el All Star?

Él competía. Estaba en un modo continuo de ser el mejor. No sólo con los Bulls, el Dream Team... En el All Star quería ser el mejor. Cuando paseaba por la calle quería ser el mejor. Tiene esa condición de gran estrella que trasciende incluso al deporte.

Su opinión en el debate LeBron-Jordan...

Entiendo que es legítimo establecerlo. Hay que aprender, por mucho que tengamos ídolos del pasado, a reconocer a las megaestrellas del presente. LeBron James es uno de los mejores de todos los tiempos y hasta que no se retire es un debate incompleto. Entiendo que quien ha vivido la etapa de Jordan no le acabe de llenar LeBron. Jordan fue un jugador especial. Los dos han tenido un plus tremendo con su físico y la inteligencia del juego. Tener instinto, saber leer, reaccionar muy bien, los momentos culminantes... Eso lo han tenido los dos. Y luego son diferentes también en carácter. Jordan era más killer. Con rivales, compañeros... Mucho más egoísta, dicho en el mejor sentido, más determinado a ganar. LeBron puede tener un poquito más de corazón y bondad. Y tiene conciencia social y política, que no tiene problema en compartir y difundir. 

¿Cómo ve a Luka Doncic? De fenómeno europeo a fenómeno yanki...

Sí, totalmente. Doncic es uno de los mejores rookies de la historia por estadística. Es curioso cómo Dallas, una franquicia que ha sido campeona, le ha entregado de esa manera el equipo a un novato. Algo habrán visto en él y él ha estado por encima de cualquier previsión. Su techo es muy difícil de apuntar. Tiene margen de mejora en detalles. Y luego el futuro deportivo sobre el que va haber tanta exigencia es caprichoso. Le van a influir compañeros, rivales, estados de ánimo, su adaptación a la sociedad americana, cómo vaya asumiendo ser una estrella de un deporte global. Él es muy listo y se ha dado cuenta de que no vale con ser importante o el jefe en la pista, algo intrínseco en él. Para ser una gran estrella de la NBA hay que anotar.

Y a todo esto el final más polémico de la Copa del Rey...

Allí no pude verlo por televisión, pero sí seguirlo en un directo de una web. Una vez en Madrid era imposible enterarse de algo. Sólo se hablaba de la polémica. Lamento que acabara así un partido tremendo.

¿Cómo se explica que no se pitara la falta sobre Singleton?

Dos de los árbitros estaban mal colocados. Y no lo ven y no lo pitan. Y luego, pasa que al árbitro en general, por las reacciones, puede sentir que ha cometido un error muy grave. La tensión les llevó a multiplicar el error. Está la opción de que vieran lo que pasó y por ley de compensación pitaran lo que no veían, pero es algo que me resisto a creer. Y la otra opción, que me creo y que puede pasar en la vida, es que estaban tan tensionados que se obcecaron en ver si era tapón legal o ilegal. Eso les hizo no ver más repeticiones. Querían quitarse el marrón cuanto antes. Eso no les quita culpa, claro. No habla muy bien de ellos. Si están arbitrando ahí es porque están plenamente capacitados para manejar situaciones así.

Pitar por compensación sería algo muy grave para un árbitro...

Tradicionalmente esto ha existido. Hoy con tantas cámaras y con un juicio tan abierto, pasa mucho menos. Es gravísimo. Y en esta posibilidad no creo. Sería absurdo.

Y luego revisar sólo dos repeticiones...

La queja del Real Madrid es lícita. Tenemos una prisa innecesaria en el deporte. Es un reproche a algo negativo como que el partido se atrase. ¡Pero qué más da! A  no ser que haya alguien que tenga que hacer algo importante poco después... Lo importante es que se decida bien y haya justicia. Lo lógico es poner todas las que tengan. 

¿Qué se puede aprender para evitar errores en el futuro?

Revisar todas las repeticiones disponibles. Ya debería ser así. Es lamentable que haya tenido que ocurrir algo así tan grande en un evento tan trascendente. Y hay algo que debe cambiar. Sé que cuesta dinero y que habrá que sacarlo de algún sitio, pero debe haber, como en la NBA o en el fútbol, un equipo que enjuicie la jugada fuera del pabellón. Liberados de tensión y presión. Esto ha sido un error del baloncesto FIBA. En la NBA ya no ocurre. Hay un centro de repeticiones con una sala en Nueva Jersey.

¿Cómo interpreta la reacción del Real Madrid? ¿Ve viable que abandone la ACB?

Es difícil enjuiciar esto. Amenazar con dejar la ACB lleva implícito pensar que eres víctima de una persecución. Si formas parte de ella y crees que hay cosas que están mal, desde dentro y con u peso importante como tiene el Real Madrid, puedes propiciar que se mejoren cosas. Sabemos desde hace años que parece que Madrid, Barcelona y Baskonia tienen más interés en la Euroliga, pero creo que salir de la ACB ahora mismo es adelantarse un poco a los tiempos, si es que se da. No lo considero muy viable ahora mismo. El Madrid aprovecha un poco esta coyuntura para consultar a los socios, para pulsar el sentir. Serían muchos partidos menos. Unos cuarenta de ACB. Seguramente no se justificaría una plantilla tan larga, cambiarían los presupuestos... No sé muy bien los motivos del Madrid, pero creo que está lejos de producirse.

Lleva muchos años contando la NBA. ¿Hasta cuándo se ve?

Más de 23 años. Hay varias cuestiones que dependen de mí y otras no. Necesitas la complicidad de Movistar+ o de otros medios para colaborar, pero hay una cosa que me ayuda mucho. Sigo siendo un seguidor de la NBA. Cuando no me toca trabajar veo el partido en mi casa. Me ha pasado con grandes partidos esta temporada. El Boston Celtics-Golden State Warriors lo vi con mi bebé. (Risas). Si te gusta la NBA es lo que hay. Es duro, pero aquí somos de otra pasta. Aquí se duerme poco. 

¿Cuánto de preparación y cuánto de improvisación tienen sus charlas con Guillermo Jiménez?

Siempre tuve en consideración que el comentarista tiene que ponerse en función del narrador. Él es el que presenta y lleva el ritmo, marca las pautas, le da el clima a la retransmisión. Yo trato de ser versátil y adaptarme. Guille Jiménez es un narrador muy particular que ha ido calando con el tiempo y es verdad que yo me he sentido a gusto y trato de adaptar y compaginar mi estilo con el suyo. Tiene mucho mérito que dos tíos de cuarenta y tantos en televisión puedan gustar a niños de diez o quince. Sobre todo hoy que las generaciones están más separadas que nunca, que la gente de quince años tiene por viejos a los de veinticinco y los de veinticinco piensan que los de cuarenta están desfasados. Para mí eso es casi el mejor premio. Y de improvisación hay todo. La preparación es sólo de datos de cada equipo. La charla con la que cubrimos el tiempo muerto es totalmente improvisada. Es algo que se nos ocurre ese mismo día fuera de la redacción y no somos capaces de decírselo al otro antes de entrar al plató. Eso le da frescura.

Su visión del periodismo deportivo es un tanto pesimista. ¿Ha mejorado?

No. Y por suerte no ha empeorado (Risas). Siempre he sido pesimista porque desde que empecé observé que esta profesión la dignificaban poco desde dentro y desde fuera. Que no era lo mismo ser un buen periodista que ser un buen abogado. Por ejemplo. O un buen ingeniero. Y esto no ha mejorado. Me gustaría que hubiera menos decepciones entre la gente cuando empieza a trabajar. Lo que a mí me gustaría que fuera el periodismo creo que es irrecuperable. Se han criado generaciones pensando que el periodismo es otra cosa diferente de lo que realmente es. Entonces ya cambiar el chip es difícil. 

¿Pero habrá tiempo para la esperanza, no?

(Risas). Bueno, siempre hay que dejar abierto un hilito de luz... Hay productos que están bien y nunca hay que desdeñar que el periodismo deportivo entretiene y saca de problemas a mucha gente. Tiene ese componente de acción social.

Casi 10 años sin Andrés Montes... ¿Cómo era trabajar mano a mano con él? 

Tenía muy buen trato con él. Siendo muy diferente, en edad, en gustos, en manera de ser, luego mezclábamos bien. Le sorprendían algunas cosas mías. Me conoció con 25 años y me decía que era muy formal y serio para esa edad. Era un tío tan particular que sorprendía a cada momento con respuestas y salidas no pensadas por nadie. Rompía con muchos tópicos de la profesión. Estaba obsesionado con romper, crear, tanto en radio como en televisión. Era un tío muy interesante que te hacía pensar mucho. Un buen conversador también. Se le echa mucho de menos.

¡Y qué diría de Doncic!

Sí, pienso mucho eso. Qué apodo le hubiera puesto a Doncic y qué cosas diría, pero no sólo con la NBA, sino con cosas de la sociedad actual, cosas que pasan en España. Siempre tenía una salida original.

Y muchísima energía.

Él siempre decía: "Yo no he tenido mocos nunca. ¡Ni de niño! (Risas). Tenía frases así. Luego estaba delicado de salud, pero la capacidad de garganta, el vozarrón era increíble.