LeBron se juega su corona en la lucha por los playoffs
El jugador de los Lakers tendrá que liderar a su equipo a la fase final en una carrera en la que se juega su legado y una corona que empieza a buscar heredero.
Tras el All Star de la NBA los jugadores disfrutan de unos días de descanso y ultiman preparativos para la fase final de la temporada regular. Una campaña llena de sorpresas y en la que estamos viendo a una serie de jugadores que amenazan con hacerse con el trono de la mejor liga del mundo... un trono que LeBron James lleva ocupando mucho tiempo.
Durante el Fin de Semana de las Estrellas se ha hablado mucho del momento que vive la estrella angelina. Con 34 años de edad, el alero no ha conseguido dar con la tecla en unos Lakers que se sitúan décimos de la Conferencia Oeste a tres partidos del octavo puesto que ahora mismo ocupan los Clippers. La posibilidad de quedarse sin playoffs es real para James y si la post temporada comenzara ahora mismo sería la primera vez que lo hiciera sin 'El Rey' desde 2005. Una situación anómala en la que James no se quiere ver envuelto de ninguna manera.
La inusual posición que ocupa LeBron en el Oeste no ha pasado desapercibida para los periodistas que han aprovechado el parón de febrero para preguntar a jugadores y entrenadores sobre este tema. De hecho, Dan Woike, de Los Ángeles Times, ha escrito un artículo titulado: "¿LeBron James: es la estrella de los Lakers todavía el más grande de la NBA?". En él, Woike, que está lejos de poner en duda las capacidades del jugador, sí que pone en relieve tanto la edad como la posición que ocupa su equipo en el Oeste, además de hacer hincapié en los 18 encuentros que se ha perdido este año, más que nunca en su carrera.
Un jugador veterano en un equipo muy joven
Hay que tener en cuenta que cuando James llegó a Los Ángeles convencido por Magic Johnson sabía lo que se iba a encontrar. Un equipo muy joven y en crecimiento con un entrenador también en progresión y cuyas aspiraciones eran los playoffs, un paso atrás respecto a las últimas 8 temporadas, donde el alero no se ha bajado de la Final de la NBA. Sin embargo, la lesión sufrida ha resentido al equipo y ha pasado de llegar a estar en la cuarta posición de su Conferencia a ocupar la décima.
La llegada de Anhony Davis podría haber convertido al equipo dirigido por Luke Walton en un rival sólido, pero el pívot no llegó y la frustración hace mella en un vestuario donde los rumores de traspaso han envuelto a todos los jugadores jóvenes y donde el propio Walton se encuentra en el punto de mira y sin la aprobación del entorno de LeBron. Dadas las circunstancias, que James se perdiera los primeros playoffs desde 2005 no sería de extrañar, pero ese fracaso podría venir acompañado de la pérdida de una corona que hace mucho que luce en su cabeza.
La lucha contra el tiempo
Uno de los problemas de James a la hora de jugarse su trono es la explosión de talento que hemos visto esta temporada. Ya lo dijo Joe Harris tras ganar el Concurso de Triples: "Probablemente estemos viendo la mayor difusión de talento en la NBA en mucho tiempo". Y tiene razón. James Harden, Paul George, Giannis Antetokounmpo, Kawhi Leonard, Kevin Durant, Stephen Curry... múltiples jugadores que amenazan con acabar con una auténtica dictadura en la liga americana.
Un mandato que ha durado "mucho, mucho tiempo", tal y como afirmó Blake Griffin. En la misma línea se movió Danny Green: "Es difícil ser el mejor jugador del mundo durante 15 años". Este matiz es el más importante: nada dura para siempre. LeBron tiene 34 años, una edad nada desdeñable para cualquier deportista profesional. Antetokounmpo, el otro capitán del pasado All Star, tiene 24. Una década de diferencia. El relevo generacional está próximo, no cabe duda.
LeBron lleva 16 temporadas en la NBA. De su promoción, el único jugador destacado que sigue en activo (Carmelo aparte), es Wade, que se encuentra en su última campaña. Bryant, Duncan, Garnnet, Nash... a todos se los acabó llevando el tiempo. De hecho al propio Kobe Bryant le llegó el ocaso en su 17ª campaña en la liga, cuando tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para liderar a su equipo a los playoffs y se rompió el tendón de Aquiles. Tenía 34 años.
Ahora, el ex de los Cavs tendrá que hacer lo mismo si quiere que los Lakers lleguen a playoffs. Las 8 finales seguidas han quedado en el recuerdo y en el Oeste la realidad es muy diferente. La acumulación de minutos podría acortar la carrera de un jugador que ya ha sido avisado por las lesiones que ha declarado que le gustaría jugar contra su hijo en la liga americana.