La final de la Copa Del Rey entre Real Madrid y Barcelona sigue dando que hablar. El desenlace de la misma, cargado de polémica por una sucesión de acciones mal arbitradas, han generado crispación e indignación entre clubes y aficionados. Una situación que recuerda a partidos de la hemeroteca, como es el histórico AEK-Tau.

Era el 28 de marzo de 2001, el Tau Vitoria vencía 73-74 en la prórroga en el partido del playoff de semifinales de la Euroliga. Los griegos tenían la última posesión, Kakiouzis buscó el lanzamiento, pero falló. El rebote lo cogió Nitkoudis fuera de tiempo, pero la jugada continuó y anotaron 2,8 segundos después de que el electrónico se pusiera a cero. La bocina falló, no sonó; y los árbitros, creyendo que el tiempo seguía corriendo, validaron la acción.

El entrenador del Tau, Dusko Ivanovic, los jugadores y los integrantes del cuerpo técnico enloquecieron en torno a la mesa arbitral, reclamando la ilegalidad. Mientras, los jugadores griegos celebraban con su afición la heroica victoria. No había protesta que valiese, el partido había finalizado, el AEK había ganado. En aquel momento no había la tecnología que hay ahora y la infracción no se pudo revisar.

El Tau presentó una protesta formal ante la Euroliga y, después de analizar las imágenes, la organización decidió anular el partido y ordenó que se repitiese. Uno de los colegiados, días después, reconoció el grave error que habían cometido. En la repetición del encuentro el Tau se impuso cómodamente por 65-90 y regresó a Vitoria con un 0-2 global, acercándose a la final de la Euroliga. Una final que, justamente, acabarían disputando.