Un Towns monstruoso en Miami y unos Raptors cortos de gasolina
El pívot juega uno de los mejores partidos del año en la NBA, con números a la altura de Kareem. Los Magic fulminan a los Pistons.
Los Raptors han llegado justos de gasolina al final de 2018, un gran año para ellos si se obvian (es imposible) los playoffs y en el que han hecho de forma excelente la transición de Dwane Casey a Nick Nurse, de Entrenador del Año a aspirante a serlo. No desde luego por partidos como este 95-89 a los Bulls en el que el propio Nurse reconoció que había que quedarse con el triunfo y mirar para otro lado. Su equipo lleva bastantes partidos (4-4 en los últimos 8) sin ser lo que estaba siendo. La bajas (Valanciunas y sobre todo Lowry, que se ha perdido siete de esos ocho citados) lo han llevado a un enorme atasco ofensivo. Sus dos últimos triunfos han sido por un +8 total ante Heat y Bulls. Sus dos últimas derrotas por un -54 ante Sixers y Magic.
Después del desastre en Orlando, los Raptors abrieron su último partido de diciembre con 14 puntos en el primer cuarto (14-20). Por entonces ya estaba claro que era día de cumplir el expediente como buenamente se pudiera. Y se pudo a base de producción sin brillo de Siakam (20+12+4) y un Kawhi Leonard que anotó 27 puntos y capturó 9 rebotes pero no estuvo ni mucho menos a su nivel: 8/22 en tiros y nada en asistencias, robos y tapones. Los tiros libres de los dos aleros salvaron al final el triunfo, cuando los Bulls habían puesto un 85-82 a falta de 80 segundos a pesar de empezar el último cuarto con más de 3 minutos sin anotar y un 3/15 en tiros. Ahí estropearon lo que había sido un excelente trabajo hasta entonces, sobre todo en defensa. Fue el quinto de los últimos seis partidos en los que su rival no llegó a 100 puntos. Jim Boylen, que provocó un motín con su llegada, ha encontrado una sorprendente química con sus jugadores, ha transformado el equipo en algo totalmente distinto a lo que era con Hoiberg y está gozando de las primeras muestras, tras el regreso y puesta a punto del finlandés, de lo que puede llegar a ser la pareja Markkanen (18+10)-Carter (16+11).
Towns se viste de Kareem en Miami
Partido entre equipos de récords casi idénticos en South Florida. La diferencia es que a los Heat estar ahora 17-18 les sirve para ser séptimos del Este y a los Wolves su 17-19 les deja a casi cuatro partidos de las eliminatorias del Oeste. Mundos muy distintos. Pero, en todo caso, fue un triunfo importante (104-113) para los visitantes, un equipo muy sospechoso a domicilio, que venía de su horrendo patinazo en casa ante los Hawks y que ganó en una pista donde cuesta mucho arrancar victorias: los Heat llevaban seis triunfos en siete partidos, la única derrota ante los Raptors y por dos puntos.
Pero los grilletes defensivos de Spoelstra, y el buen partido de Wade (21+4+5 en más de 28 minutos) saltaron por los aires por la exhibición montruosa de Karl-Anthony Towns. El pívot acabó el partido con 34 puntos, 18 rebotes, 7 asistencias, 6 tapones y 3 robos. Y decidió además el triunfo cuando frenó prácticamente solo la última carga de los Heat en los últimos minutos. Su hoja estadística no se había visto desde que Kareem Abdul-Jabbar sumó un 35+19+9... en 1975. Saric, Covington y Gibson (y un poquito también el cuestionadísimo Wiggins) ayudaron al omnipresente pívot, que dio una alegría a la ciudad de Minneapolis, hundida ayer por la culminación de una temporada muy mala de los Vikings, que se han quedado fuera de los playoffs de la NFL.
Fournier castiga a los Pistons
Mientras la liga de football repartía los últimos puestos en las eliminatorias por el título en un tremendo cierre de temporada regular, la jornada NBA arrancó con un triunfo de los Magic ante los Pistons (109-107) sellado con una bombita de Fournier en un último ataque muy mal defendido por los de la MoTown.
El escolta francés no había tenido una noche especialmente brillante pero puso el toque de talento a un triunfo amasado por Aaron Gordon (22 puntos, 10 rebotes y 4 asistencias) y Nikola Vucevic (22+11+4). El segundo tras arrollar a los Raptors ante equipos de playoffs del Este para unos Magic que vuelven a asomar cuando parecían en caída libre. Y es que el octavo del Este está barato: ahora marchan novenos en 16-19, a medio partido de los propios Pistons (16-18), que hace nada estaban 13-7 y que están perdiendo totalmente el hilo, con Blake Griffin por debajo de su nivel de principio de temporada y actuaciones muy pobres de Andre Drummond y Reggie Jackson. Un proyecto que, por desgracia, no parece dar para mucho más.