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NBA | BLAZERS 121 - MAVS 118

Un Doncic mágico (23+11+6) no evita otra derrota a domicilio

El esloveno forzó la prórroga con un triple imposible sobre la bocina, pero los Blazers estuvieron más acertados en el tiempo extra.

Un Doncic mágico (23+11+6) no evita otra derrota a domicilio

Los Dallas Mavericks siguen perdiendo en la carretera. Ya son 14 derrotas en 16 partidos. No hay ningún equipo en la NBA, ni siquiera los que están dando peores sensaciones, que lleve un récord tan malo fuera de casa. Si alguna vez han tenido aspiraciones de playoffs, cosa que tal como está el Oeste tampoco sería descabellada, así va a ser imposible cumplirlas.

Anoche tocó caer en Portland ante un rival que se ha quedado a medio camino entre lo que parecía a principio de curso (uno de los mejores de su conferencia) y el bajón posterior que les llegó a sacar de los ocho primeros puestos. Ahora son quintos empatados con el cuarto (Lakers) y con el sexto (Clippers). Y ese parece su verdadero nivel actualmente. Un par de escalones por detrás de los tres primeros pero con margen suficiente para tener a raya (sin alegrías tampoco) al grupo perseguidor que viene por detrás, que es amplio y en el que hay de todo.

Eso sí, los Mavs pierden y pierden como visitantes, pero no se lo ponen fácil a nadie. La última vez que cayeron por más de diez puntos fue el día 5 en Nueva Orleans y en back-to-back. Desde entonces 6 derrotas en 9 partidos, todas con marcadores apretados y peleando hasta los últimos segundos. Ayer necesitaron ganar el último cuarto por 8 puntos y que Luka Doncic hiciese magia para jugar la prórroga. Y digo magia porque el triple que metió con 6 décimas de reloj en el momento de recibir el balón es inexplicable. Pareció más una de esas canastas inverosímiles que tanto intenta en los calentamientos, sólo que esta vez fue en pleno partido y en el momento más caliente posible. Se encontró con el balón en la esquina, moviéndose hacia el fondo de la pista, y tiró un triple que pareció una bomba porque subió tan alto que daba la sensación de que iba a llegar al techo del pabellón. Según caía desde el cielo Bronson y Matthews levantaban las manos, ellos lo veían dentro. Doncic se fue al banquillo sonriendo, como si se tratase de un juego. Seguramente ese sea uno de sus secretos.

El esloveno acabó con 23 puntos, 11 rebotes y 6 asistencias. Con malos porcentajes 33,3% en tiros de campo, 28,6% en triples, y fallando todos los lanzamientos que intentó menos el último en la prórroga, donde aportó más reboteando y asistiendo. Harrison Barnes fue el máximo anotador, con 27 puntos. Pero en el tiempo extra mandaron desde el primer momento los Blazers, que se mostraron mucho más seguros gracias al buen hacer de Lillard (33+2+7) y McCollum (22+5+5).