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NUGGETS 126-MAVERICKS 118

Récord sin premio de Doncic ante los Nuggets, el ogro del Oeste

23+6+12 (su tope de asistencias en la NBA) para el esloveno pero derrota de los Mavs, que caen al noveno puesto, ante unos Nuggets imparables.

Récord sin premio de Doncic ante los Nuggets, el ogro del Oeste
MATTHEW STOCKMANAFP

En un Oeste muy salvaje, donde las destelladas descoyuntan a cualquiera (Warriors incluidos... por ahora) los Nuggets son líderes: 21-9 tras defender (126-118) su fortín de las Rocosas (13-3 en la altitud de su Mile High) ante los Mavericks, que caen de la zona playoffs (15-14) en cuanto ponen un pie fuera de Dallas.

Después de un agradable tramo de calendario, y eso sí, una tremenda regularidad competitiva en su pista, los de Carlisle viajan al encuentro con ellos mismos: en 2-11 fuera de su pista, y un porcentaje que no da para ir a las eliminatorias, se enfrentan a ocho de los próximos diez partidos a domicilio. Y ninguno sencillo: Clippers, Warriors, Blazers, Pelicans, Thunder, Hornets, Celtics y Sixers. Los dos en casa son contra Pelicans y Thunder. Así que viene un fin de 2018 e inicio de 2019 tras el que sabremos muchas más cosas de estos en todo caso serios Mavs, que vendieron cara su derrota en Denver, donde los Nuggets no deberían estar tan bien. No por talento, ni por cuajo de proyecto (el salto del curso pasado a esto lo ejemplifica la defensa) sino por problemas: juegan sin tres titulares (Will Barton, Gary Harris, Paul Millsap), tienen parados desde el inicio de curso a Isaiah Thomas y ese Michael Porter en el que tienen una posible bomba de neutrones... cuyo mejor escenario puede ser, en todo caso (y esperemos que su espalda lo permita), un debut en la temporada 2019-20.

Pero los Nuggets, que el año pasado acumularon pecados hasta verse fuera de los playoffs en la prórroga del último partido, literalmente, han cogido ahora ritmo de equipo ganador sin ninguna pinta de desacelerar. Han hecho de los problemas virtudes: antes las bajas, Juancho Hernangómez, Monte Morris, Torrey Craig, Trey Lyles y Malik Beasley están enseñando la tremenda profundidad de un proyecto muy bien llevado, no sin altibajos, por Michael Malone, de profesión buen entrenador. Sensato, aunque sus rotaciones no siempre fueron bien consideradas en Denver. En febrero, los Nuggets tendrán premio con el primer All Star para Nikola Jokic (y no el último) y veremos, si siguen a este ritmo, si también para Jamal Murray. Los dos, ahora mismo el alfa y omega del equipo (y así será de aquí en adelante, con el canadiense cada vez más asentado), acabaron con los Mavericks: 32+16+4 el pívot, fundamental en el cierre del tercer cuarto, cuando un 14-0 en casi 4 minutos convirtió el 91-95 en 105-95. Y 22+7+15 el base, que ya llevaba 13 asistencia al descanso y que apareció en los últimos minutos para, con siete puntos y un par de pases más, abrir la última brecha, incluido el triple que puso el 124-114 a 79 segundos del final. Morris (16+4+5) también fue crucial para combatir esa última resistencia de Dallas (110-106 en el ecuador del último cuarto). Y Juancho acabó con 12 puntos y 6 rebotes, bien en el citado estirón con el que su equipo cerró el tercer parcial.

La temporada pasada, los Nuggets ya eran un equipo capaz de encender el firmamento en ataque cualquier noche. Su gran eje de crecimiento era la defensa, y desde ahí se están convirtiendo en un bloque temible... pero todavía no perfecto. Los bases rápidos que disparan asistencias a los jugadores abiertos tras el pick and roll siguen dándoles muchos problemas. Y eso fue Luka Doncic, que así batió (era 9) su récord de asistencias en la NBA, que ahora queda en 12. También anotó 23 puntos (5/15 en tiros, 10/12 en tiros libres) y cogió 6 rebotes. Estuvo especialmente brillante en un tercer cuarto de susto visitante (el citado 91-95) a base de romper por el carril central y encontrar liberados a Harrison Barnes (30 puntos, 5/8 en triple) y Wesley Matthews (14 y 4/5). Pero al final los Mavs, ya sin DeAndre Jordan (que hizo la sexta falta con casi medio cuarto por jugar), fueron incapaces de frenar la producción de un rival que es superior a ellos, especialmente en el intercambio de golpes.

Fue un buen partido al que los Mavs no perdieron la cara en el inicio de, repito, un tramo de calendario que les aupará definitivamente como alternativa sorprendente o les acercará al lugar que muchos les asignaban en verano. Los Nuggets, por el contrario, son la viva imagen de la felicidad, a la espera de ir recuperando efectivos de cara al tramo decisivo de la temporada. Apuntan a top 3 de un Oeste que no lideraban a estas alturas desde hacía 34 años y ya no son un secreto para nadie: mucho cuidado con ellos...