BUCKS 95-WARRIORS 105

Stephen Curry y los Warriors se vengan de unos Bucks a la baja

Noche errática de los de Budenholzer en el tiro de tres y dominio claro de unos Warriors que van a más y que recuperan ya a Draymond Green.

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Stephen Curry y los Warriors se vengan de unos Bucks a la baja
Benny Sieu USA TODAY Sports

Venganza. Es probable que los Warriors tuvieran este partido marcado en rojo en su calendario. La segunda y última vez que se enfrentan a los Bucks... salvo que este duelo sea, desde finales de mayo, la Final de la NBA 2019. Que es una opción. Los Warriors ganaron (95-105) con placidez, sin hacer genialidades pero siendo mejores siempre en un duelo aguado, sin la intensidad que se esperaba después de aquel 111-134 de la Bahía que abrió la puerta de los infiernos para los de Steve Kerr, que llegaba a esa noche 10-1 y salieron de ella escaldados, con Stephen Curry lesionado y a las puertas del culebrón Kevin Durant-Draymond Green. Da la sensación de que ha llovido mucho, y ahora son tres victorias seguidas para cerrar gira por el Este y buenas sensaciones para unos Warriors que van a más, esperar recuperar ya a Draymond Green y tienen cada vez más próximo el debut de DeMarcus Cousins. Lo siguiente, ya en Oakland, los Wolves... y los Raptors, otro partido marcado en la agenda. En la de los Warriors... y en la de todos los aficionados al baloncesto.

Los Bucks llevaban un mes sin perder por más de tres puntos... pero están 3-4 en los siete últimos partidos. Del 7-0 inicial y el 9-2 con el que salieron de Oakland al actual 16-8, ya a tres partidos y medio de los Raptors y más pendientes de los Sixers y del ascenso de los Celtics. A los de Wisconsin les volvió a fallar la puntería, y, es el problema que también tenía en Atlanta Budenholzer (un excelente entrenador), tienen poco más que un excelente plan A. Nunca cogieron ritmo desde la línea de tres y nunca pudieron hacer nada que no fuera sostenerse en el marcador a base de tirones, sin dejar que los Warriors se escaparan pero sin ponerlos en verdaderos apuros: 39% en tiros de campo, 7/39 en triples y un 3/19 entre Brogdon, Brook Lopez y un Middleton en su peor momento de la temporada. Con muy poco banquillo y a la espera de George Hill, recién adquirido de los Cavs, Budenholzer tampoco administró bien los minutos de un Antetokounmpo (25+15+5) mucho menos efectivo cuando sus compañeros pierden la puntería por fuera.

Los Warriors siguieron el plan de Steve Kerr, que quería tirar muchos triples contra el equipo que más lanza de la NBA: 46 intentados (tope de la temporada) y 19 anotados con 4 de Jerebko (12+5) y 3 de un Iguodala brillante. Con amenaza exterior y una defensa notable, los Warriors ganaban al descanso pese a 13 pérdidas, muchas evitables, y una primera parte horrenda de Kevin Durant, que no anotó en juego y perdió la bola 5 veces. Después fue sumando Curry (20 puntos, 8 asistencias, 4 triples), Durant aportó lo justo en el último cuarto (11+8+6 y solo dos pérdidas tras el descanso) y Klay Thompson hizo un poco de todo (20 puntos, 4 triples, 5 rebotes, 6 asistencias y 4 robos). Y los Warriors, finalmente con comodidad, ganaron todavía justos de efectivos pero sin forzar la máquina en una pista que hasta ahora era territorio comanche en la NBA. Son avisos para navegantes, claro, con el regreso de Dray a la vuelta de la esquina. Como son avisos para los Bucks estos partidos en los que su tiro de tres tiene un efecto congelante. Una tendencia peligrosa.